Al que le gusten los realities gastronómicos porque deslumbra la creatividad de los participantes a la hora de poner en juego ingredientes y crear platos, este concurso lo va a dejar con la boca abierta. Literalmente. Por segundo año consecutivo, y en vistas del éxito de la primera edición, la organización de beneficencia inglesa Art Fund llevó adelante el concurso de gastronomía y arte “La mejor obra maestra comestible” (The ultimate edible masterpiece). Para deleitar la vista y el gusto al mismo tiempo.

La premisa es simple, pero nada fácil de realizar: hay que versionar obras de arte famosas utilizando sólo elementos comestibles. Entre una serie de madalenas con reconocidas pinturas y tortas con inspiración daliniana, el jurado (integrado por chefs y críticos de arte) se decidió por una reinterpretación con gajos de mandarina de La creación de Adán, el famoso fresco de la Capilla Sixtina que Miguel Ángel pintó en torno al año 1511. La autora es Priley Riley, una estudiante de Bellas Artes de 21 años. 

Este particular concurso apela a la imaginación y al talento culinario para generar estas obras tan pintorescas y llamativas. Y deliciosas, claro. Cada participante debe subastar o vender su creación, y recaudar así fondos para museos y galerías del Reino Unido. Lo que no está claro es si alguien termina degustando las obras de arte, o si sólo se dejan convencer por la receta y la apariencia. Que alguien reparta cucharas.

¿Otras creaciones destacadas? Un pastel estilo arrollado inspirado en una obra de Gustav Klimt y una pizza inspirada en un cuadro de Arcimboldo. Además, una escultura de Giacometti recreada en chocolate y galleta. Para los que dicen que con la comida no se juega.