Gran parte de la administración estadounidense permanece cerrada, luego de que republicanos y demócratas en el Senado no lograran alcanzar un acuerdo de financiación transitoria este fin de semana para destrabar el cierre del gobierno de Donald Trump.

Al alcanzarse el límite de deuda permitida, el gasto queda automáticamente bloqueado si no hay un presupuesto aprobado, e impide que se continúe utilizando dinero en algunos sectores de la administración. Como consecuencia, sectores considerados no esenciales se quedan sin financiación y no pueden seguir operando.

Para que el Senado, de 100 bancas, pueda votar sobre el presupuesto transitorio se necesita una mayoría de 60 miembros. En este marco, los demócratas se niegan a a apoyar esta mayoría si no se hacen concesiones a la política migratoria y los republicanos se niegan a hacer concesiones a cambio del apoyo para la aprobación de los presupuestos.

Uno de los obstáculos en la negociación es que los demócratas intentan alcanzar un acuerdo paralelo para evitar la deportación de los llamados "dreamers" (soñadores), jóvenes indocumentados a los que la administración de Obama otorgó protección y que Trump luego derogó. El presidente republicano sigue con su intención de construir, por ejemplo, un muro en la frontera con México. 

El viernes pasado, el Senado tumbó una propuesta para financiar al gobierno hasta el 16 de febrero, un nuevo parche para prolongar la negociación entre republicanos y demócratas para un presupuesto definitivo.

Es que el año pasado, Trump no logró aprobar una ley de presupuesto anual y, por eso, desde octubre, cuando terminó el año fiscal 2017, tiene que redactar y votar leyes parches para permitir que el gobierno siga funcionando. 

(Télam)