Habrá que tenerlo en cuenta antes de subirse a la balanza: el actual sistema de medición de peso (kilogramo), será redefinido a nivel mundial en 2019 durante la Conferencia General sobre pesos y medidas, lo que significará el cambio más importante de estas unidades desde su adopción, en 1875. Esto traerá repercusiones no sólo para la investigación, sino también en la industria, según consignó la agencia Ansa.

Además, otros sistemas que serán revisados en dos años serán los de corriente eléctrica (ampere), sustancias (mol) y temperatura (grados kelvin). El objetivo de la Oficina Internacional de Pesas y Medidas -organismo mundial a cargo de la metrología- es reemplazar los actuales sistemas que definen a estas cuatro unidades por constantes físicas universales, así como por definiciones abstractas que puedan ser reproducibles de forma precisa en cualquier laboratorio del mundo.

"El cambio es importante porque algunas definiciones, en particular la del kilogramo, están basadas en artefactos materiales antes que en constantes físicas y no resultan confiables en escalas de tiempo muy prolongadas", dijo Giovanni Mana, especialista del Instituto Nacional de Investigación Metrológica de Italia (Inrim), dedicado a la redefinición de la medida del peso.

Según el especialista, la calibración con la barra de platino-iridio que define el peso del kilogramo es susceptible a los efectos de difusión y evaporación, por lo cual su masa no se mantiene constante.

"Se comprobó que las copias del cilindro de platino iridio conservado en la Oficina Internacional de Pesas y Medidas de París, considerado el estándar, no pesan más un kilogramo sino un poco más y no permite replicar medidas realizadas hace cien años", explicó Mana.

El cambio en la definición tendrá lugar durante la Conferencia General sobre pesos y medidas prevista para noviembre de 2018, en tanto las nuevas modificaciones se esperan para mayo de 2019.

Por el momento, los científicos evalúan usar una nueva medición de alta precisión llamada NIST-4 que trabaja en función a cuánta energía necesita un electromagneto para elevar un kilogramo. Esta idea trabaja en función de un equilibrio de watts, lo que permite obtener resultados más precisos.

En 2011 se había resuelto volver a definir todas las unidades de base, que deberán realizarse de modo tal que su valor numérico sea determinado únicamente con la ayuda de las constantes físicas fundamentales y las propiedades de los átomos.

Esta será la más grande redefinición del sistema internacional de unidades de medida desde la fundación de la Oficina Internacional de Pesas y Medidas, con sede en París.