En un nuevo esfuerzo para atajar la crisis desatada por el coronavirus, que deja ya 490 muertos en China, el Ejecutivo chino anunció este miércoles que transformará en clínicas varios hoteles y centros culturales y deportivos para desahogar los abarrotados hospitales en la provincia de Hubei, foco del brote.

En concreto, el Gobierno convertirá a estos lugares en centros que recibirán y tratarán a pacientes con síntomas leves, así como para observar a los contactos cercanos y descartar contagios.

Asimismo, clínicas especializadas pasarán a recibir a contagiados, se construirán nuevos hospitales improvisados y se enviarán más equipos y unos 2.000 trabajadores médicos adicionales a Hubei y su capital, Wuhan, que permanece en cuarentena "de facto" desde el pasado 23 de enero.

El objetivo de Pekín, recoge la agencia oficial Xinhua, es que todos los infectados obtengan tratamiento, que se mejoren las tasas de recuperación y se reduzcan las muertes: este miércoles se registró un nuevo récord de 65 fallecimientos en un solo día, todos en Hubei.

Por otra parte, las nuevas medidas buscan también reducir las cifras de contagiados y de casos graves, 24.324 y 3.219, respectivamente, según las últimas estadísticas oficiales, que indican que 892 personas han sanado y fueron dadas de alta.

En tanto, las autoridades sanitarias chinas afirman que han realizado un seguimiento médico a más de 250.000 pacientes que han tenido un contacto cercano con los infectados, y destacan que el conteo de nuevos casos sospechosos ha bajado a menos de 4.000 por primera vez desde el 29 de enero.

(EFE)