Según la Academia de Ciencias Sueca en Estocolmo, McDonald y Kajita resolvieron "un puzzle al que los físicos se enfrentaron durante décadas, de la transformación del estado de unos de los habitantes del universo más numerosos”.

Las investigaciones de los laureados probaron que los neutrinos cambian de estado, una metamorfosis que no es posible sin masa. El descubrimiento cambió la comprensión sobre el funcionamiento más recóndito de la materia y “podría ser crucial para nuestra visión del universo", señaló la Academia.

Los neutrinos son partículas subatómicas sin carga, cuya masa es muy reducida. La jurado Olga Botner contó que "durante 50 años pensábamos que no tenían masa", pero "cada segundo atraviesan nuestros cuerpos miles de millones de neutrinos".

Contactado por la Academia, McDonald explicó por teléfono que estas partículas sirven para explicar "cómo ha evolucionado el universo: los neutrinos están entre las partículas fundamentales que no sabemos cómo seguir subdividiendo, y su conocimiento arroja luz sobre cómo evolucionó el universo, y saber que tienen masa nos ayuda a revelar esos misterios”.

McDonald reconoció que “haber sido laureado es una experiencia intimidatoria". El premio está dotado con ocho millones de coronas este año (unos 850.000 euros) y será entregado a los galardonados el 10 de diciembre, aniversario de la muerte de Alfred Nobel.

El año pasado el Nobel de Física fue otorgado a los japoneses Isamu Akasaki, Hiroshi Amano y Shuji Nakamura por el desarrollo de las luces led, diodo emisor de luz, que permiten una iluminación clara con bajo consumo.

Ayer fue anunciado el Nobel de Medicina, que fue otorgado a la china Youyou Tu, al irlandés William Campbell y al japonés Satoshi Omura.

Los tres desarrollaron sustancias efectivas para combatir enfermedades parasitarias que afectan a millones de personas como la malaria y la ceguera de los ríos.