Este jueves, en la última sesión del año del Consejo Superior de la Universidad Nacional de Rosario, se tratará el proyecto de resolución sobre “Lenguaje no sexista e inclusivo”. El mismo busca proponer y promover usos de la lengua no sexistas, no androcéntricos e inclusivos en la comunicación institucional, administrativa y de gestión.

La elaboración del proyecto es resultado de consensos elaborados en mesas de trabajo, promovidas por el Área de género y sexualidades de la UNR, de las que participaron docentes e investigadores/as, representantes estudiantiles, profesionales del campo de la comunicación, el periodismo y la literatura, activistas, etc. 

Cabe señalar que proyectos similares a este ya fueron aprobados en el último tiempo en cuatro unidades académicas de la UNR: Psicología, Ciencia Política, Ingeniería y el Instituto Politécnico. Asimismo, la aceptación del nuevo articulado supondría la posibilidad de extenderlo al resto de las casas de altos estudios y escuelas medias.

Los principales puntos del proyecto

Tras ser debatido en la comisión de Interpretación y Reglamento del Consejo Superior, el articulado que llegará al recinto propone, entre otras cuestiones, aceptar como válidas las expresiones del lenguaje inclusivas y no sexistas en las producciones escritas y orales realizadas por integrantes de los cuatro claustros de la UNR.

En diálogo con Rosarioplus.com, Luciano Fabbri, coordinador del Área de Género y Sexualidades explicó que esta “es una medida protectiva e igualadora, porque no en todas las unidades académicas estudiantes y docentes tienen las mismas posibilidades de presentar sus trabajos de esta manera y encontrar la aceptación de los mismos por parte de quien los evalúa”.

Por otro lado, el proyecto busca habilitar la utilización de expresiones del lenguaje inclusivas y no sexistas en la comunicación institucional, administrativa y de gestión y promover el uso de estructuras de reemplazo sin connotación de género. Asimismo, cada unidad académica establecerá los criterios con relación al alcance de esta norma.

Por último, propone encomendar al Área de Género y Sexualidades la planificación de campañas de sensibilización, el desarrollo de instancias de debate y formación con los diferentes espacios institucionales de la comunidad universitaria y en articulación con organizaciones y agentes de la sociedad en general.

“No buscamos hacer de esto una megaresolución sino apuntar a un proceso que permita la incorporación progresiva de estas modalidades y también trabajar las resistencias que despierta”, subrayó Fabbri.

Y agregó: “Las resistencias tienen que ver con algunas perspectivas que custodian ciertos usos tradicionales de la lengua y que de algún modo consideran que esto es banalizar o degradar la lengua”.

El respeto a la identidad de género autopercibida

Asimismo, Fabbri mencionó que el proyecto “apunta a incorporar institucionalmente aquellos usos sociales que ya se dan de hecho dentro de nuestra comunidad universitaria, pero que cuando se plasman en trabajos escritos o comunicaciones institucionales despiertan mayores resistencias que en sus usos orales”.

En tanto, subrayó que la aprobación de la normativa está vinculada con “el respeto a la identidad de género autopercibida por parte de les integrantes de la comunidad universitaria que no se identifican con el masculino o femenino y que piden ser nombradas con la e, como en este caso”.

En este marco, agregó que “el referirse a esas personas con un supuesto genérico masculino resulta no solo ofensivo sino que vulnera su derecho a la identidad consagrado por una ley hace ya más de siete años en nuestro país”.

“Asumir que el lenguaje que utilizamos es político nos otorga la responsabilidad de utilizar un lenguaje que políticamente sea inclusivo de las subjetividades que habitan nuestra institución”, concluyó.