La Trova Rosarina, el movimiento musical que instaló entre los '70 y '80 a la ciudad con sonido propio en el escenario artístico del país, vuelve a reunirse para empezar a cerrar lo que fue una exitosa gira que se extendió durante todo el año. Las actuaciones comenzaron en enero en el Festival de Cosquín, cuando le cantaron a los 35 años de la democracia.

Juan Carlos Baglietto, Rubén Goldín, Adrián Abonizio, Jorge Fandermole, Silvina Garré y Fabián Gallardo recorrieron Cosquín, Buenos Aires, Mendoza, Córdoba, San Juan, y finalmente el 6 y 7 de diciembre volverán a tocar juntos en su Rosario querida para un cierre a toda máquina en el Teatro El Círculo (entradas por boletería del teatro y sistema Ticketek). Su última fecha de la gira, donde se despedirán como conjunto de los escenarios, será en el teatro Gran Rex de Buenos Aires el 14 de diciembre.

El disparador de la movida fueron aquellas primeras fechas que reunieron a varios de ellos en Rosario, en 2018. Después pensaron la posibilidad de llevar la propuesta artística a Cosquín 2019, impulsados por el Ministerio de Innovación y Cultura provincial.

Un itinerario, un conjunto de jóvenes que inventaron un estilo: en el cruce de los géneros rock, folclore, tango y música popular, en la vereda de la libertad, por la calle de una ciudad con el Paraná vibrando, ellos aparecen en la historia. Son parte de la generación que cambió la música e inventó ese artefacto único e irrepetible llamado Rock Nacional.

Los llamaron “La Trova”, andaban reunidos, inventando canciones hermosas, arreglos innovadores y un aire nuevo que olía a agua, a urbe, a grupo, a juventud. El mapa los recibió sorprendido porque allí estaba el rock, la balada, el folklore, y lo decían como nadie antes. Les brotaban metáforas de búsqueda y los atravesaba un amor agrio y abierto.

Algunas canciones fueron el paradigma de la década, dejaban atrás la dictadura y sus armonías, llevaban dentro el vértigo de crecer, de abrirse como propaladoras en estadios y pequeños locales.

Hace 35 años estos jóvenes sabían que había que ponerle música a la transición y seguir la historia como quien busca el amor de su vida, su raíz, su sombra, la Patria de la Infancia.