Cuando se habla de un edificio la primera imagen que aparece es la de un rectángulo grande con ventanitas. Sin embargo la arquitectura puede ir mucho más allá de esta representación básica y construir verdaderas piezas de arte.

Desde una cesta gigante, una casa torcida o un barco encima de tres enormes pilares, todo parece posible para la creatividad de los diseñadores a los que se les encargó una pieza única y, evidentemente, lo lograron.

Las obras suelen tener formas curvas y un aspecto muy irregular para lo que acostumbra un edificio lo que hace que muchas de ellas parezcan un lugar salido de algún cuento mágico.