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Los comerciantes que forman parte del Complejo Galerías del Centro, un corredor comercial conformado por las galerías Rosario, Del Paseo, La Favorita y Libertad de más de 500 metros lineales de recorrido interno, desempolvaron un viejo proyecto para unir físicamente los cuatro paseos con una propuesta estética que se asemeje a las de ciudades de países como España, Portugal o Irlanda. Para avanzar en la iniciativa, esta semana mantuvieron una reunión con el secretario de Planeamiento municipal, Pablo Ábalos y la directora del Programa de Preservación y Rehabilitación del Patrimonio, María Elena Santos, quienes les brindaron asesoramiento sobre qué y cómo se puede hacer.

La idea de los comerciantes, que concurrieron al encuentro acompañados por el presidente de la Asociación Casco Histórico de Rosario, Fabio Acosta, es unir, a través de una estructura que genere una sensación de continuidad, los edificios de cada galería comercial. Una suerte de “techo” que abarque el sector de las calles San Martín y Sarmiento por donde se comunican las puertas de ingreso y egreso de los paseos comerciales, que permita proteger al peatón de las inclemencias del tiempo, y brindando sombra durante los calurosos meses del verano rosarino.

Pero, a la vez, la idea persigue un objetivo estético, puesto que estas estructuras podrían ser desmontables para que se luzcan distintos esquemas decorativos, según las fechas conmemorativas a las que hagan referencia, como el día del padre, del niño, la madre o las fiestas de fin de año, y transformarse en atractivos decorativos alusivos. En ese sentido, los funcionarios municipales sugirieron un modelo como el de algunas ciudades europeas (como Barcelona o Dublin), donde a través de tirantes de hierro se pueden colgar objetos como paraguas. Tampoco hace falta ir muy lejos: en la explanada del Centro Cultural Fontanarrosa, en la Plaza Montenegro, se hizo una puesta con tirantes y telas triangulares (ver foto).

Desde el municipio, incluso, alentaron a los comerciantes a apostar por estructuras “livianas” y desmontables, en detrimento de edificaciones más rígidas y consolidadas que podrían afectar visual y patrimonialmente los sectores del Área Histórica del centro rosarino. 

A la hora de hablar de financiamiento de la movida, se barajaron distintas propuestas como la del esponsoreo por parte de empresas, a través del decreto del Concejo que declara como centro comercial a cielo abierto a todo el Casco Histórico.