La nadadora estadounidense Anita Álvarez protagonizó este miércoles el gran susto de la jornada en los Mundiales de Budapest tras desvanecerse mientras realizaba sus ejercicio en la final de sólo libre de natación artística.

Un percance que se quedó sólo en su susto gracias a la rápida intervención de su entrenadora, la española Andrea Fuentes, que no dudó en lanzarse a la pileta para rescatar a su pupila.

Tras abandonar la pileta en camilla la nadadora se recuperó y se encuentra fuera de peligro, aunque como informó el equipo estadounidense será sometida a distintas pruebas en los próximos días para desvelar las causas del desvanecimiento.

"En otra ocasión también tuve que socorrer a Anita, pero no fue tan grave. El miércoles estuvo dos minutos sin respirar”, dijeron fuentes en declaraciones a los medios. “Cuando una nadadora termina, lo primero que hace es respirar, pero ella se hundía y nadie reaccionaba, así que me tiré yo”, explicó.

 "Los deportistas ponemos el cuerpo al límite, -Anita- descubrió hoy donde está su límite”, comentó. ”Estoy que no lo creo. Fue apoteósico, Anita no respiraba. La intenté despertar a bofetadas y abriéndole la mandíbula”, agregó Fuentes.

La Federación Internacional de Natación (FINA) anunció que revisará los actuales reglamentos que impiden la intervención de los socorristas sin una señal del árbitro, después de que no reaccionaran a tiempo el miércoles para asistir a la nadadora estadounidense.

En un comunicado, la FINA reveló que los socorristas contratados para trabajar en los campeonatos mundiales de natación solo pueden entrar en acción tras una autorización de los árbitros, razón por la que Fuentes fue más rápida que ellos.

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Tweet de José Manuel Amorós