La vida urbana produce una coraza en las personas, endurece el corazón y galvaniza la capacidad de confianza. Ejemplo de esto fue el momento que grabó una usuaria de TikTok cuando, luego de encontrar en la calle un teléfono I-Phone sin dueño, hizo el intento de hallar a su dueño o dueña y devolverlo.

Así localizó un contacto para emergencias y llamó. Y del otro lado se encontró con un ser que, en su sorpresa y escepticismo, reaccionó con hostilidad ante la generosa actitud de la mujer. Luego, nunca terminaba de entender cuál era el trasfondo de la situación y la intención de la señora. 

Y ella, comedida, gastó un buen rato en tratar de hacerle entender al fulano que no tenía más interés que en devolver el telefonito a quien lo hubiere perdido.

La escena no tiene desperdicio, y hasta llega a causar ansiedad y ganas de mandarlo a pasear al quía y no devolverle nada. En fin, miralo.