El reloj marca las 12.30 y en la oficina todos empiezan a mirarse, buscando la complicidad de otro que también tenga cara de hambre para coordinar una salida a comprar el almuerzo. En algunos lugares, el horario para comer está previamente estipulado. En cualquier caso, cuando se pasa todos los mediodías en el trabajo, la pregunta sobre qué comer y cuánto gastar es recurrente. Un recorrido por varios comercios del centro de la ciudad arroja un menú de menúes: una lista de opciones para todos los gustos, bolsillos y días de la semana. 

Eso sí, a tener en cuenta: las posibilidades implican gastar generalmente entre $30, en alguna tarta o ensaladas, o $70, que es lo que cotizan la mayoría de los menúes ejecutivos habidos y por haber. Claro, también se puede almorzar un yogurcito de $20, una fruta de $4, o un combinado de sushi de $240.

Los clásicos
Según las panaderías, rotiserías y bares, la comida de mediodía más popular son las ensaladas y tartas o empanadas. Las primeras van desde los $25 hasta los $50 (epa), con un promedio de $30. Lo bueno es que se puede mezclar ingredientes e ir variando día a día. La porción de tarta es otro tema y hay que tener ojo para encontrar las más abundantes a precio más conveniente. Precio medio, también $30. Las empanadas varían desde los $10 hasta los $18 (y más, si se busca). Se pueden ir a comprar por ahí o pedir en delivery. Una opción que siempre cierra, aunque a veces aburre.

El saludable
Aunque no hay nada no saludable de las ensaladas o las tartas (un poco de harina en estas últimas, exceso de huevo en algunos casos), siempre se puede ir más allá. En lugar de los clásicos menúes ejecutivos que suelen combinar alguna carne (milanesa, filet de pollo o pescado) con guarnición, cada vez hay más lugares donde comprar o pedir comida vegetariana o vegana. Un menú de hamburguesas de soja, vegetales salteados y mayonesa de remolacha, con juego natural incluido, cotiza $55 para llevar. Una opción para considerar: innovadora, sanita y liviana. Ideal para un lunes.

El ridículo
Hay veces en que por más posibilidades que haya, no se puede decidir. O se da la situación corriente de que alguien decide zafar el almuerzo con un yogur pero a las cuatro de la tarde le pinta el hambre y se clava una suprema con fritas. Varios son los escenarios que pueden derivar en los almuerzos bizarros donde se mezcla una fruta con una milanesa, una ensalada de frutas con papas y demás.
Aquí un claro ejemplo: carne con papas a la crema y tarta de jamón y queso. Ni al chef más cool se le ocurriría tal combinación.

El extravagante
Y un día alguien dice la frase temida: “¿Y si comemos algo distinto?”. Así es como media oficina empieza a googlear deliveries de comida mexicana, árabe, china y terminan considerando que es buena idea hacer un pedido de sushi para compartir. Pero se van a arrepentir cuando les digan cuánto sale: seis piezas, que no llenan ni al más flaquito, están entre $50 y $60 (sí, sí) y doce piezas, que sería la ración mínima para servir de almuerzo a una persona, cotiza entre $96 y $115. Para concretar el pedido colectivo de 48 piezas habrá que invertir entre $370 y $430. Sin dudas, sólo para de vez en cuando. Con el aguinaldo, a lo mejor.

El desubicado
Nunca falta al que en pleno verano, con 39 grados afuera, se le ocurre pedirse unos ravioles con salsa. No, chicos, puede que en la oficina esté fresco con el aire pero las calorías de un plato de pastas hacen intransitable el resto del día de trabajo y el regreso a casa con el calor. Lo bueno es que están lo mismo que cualquier menú ejecutivo: entre $50 y $65, según las compre solas o con bebida y postre. De la misma manera, siempre está el fanático de la dieta que en invierno sigue comiendo su ensaladita.

Los de viernes
El último día de la semana hace que todo suena a permitido: se puede llegar cinco minutos tarde, irse cinco minutos antes, y se puede pedir comida chatarra para el almuerzo. Pero ojo, que almorzar en un local de comida rápida no está siendo una opción “económica” como en otros lugares del mundo: una hamburguesa sola en oferta está $33, pero todos los combos arrancan entre $85 y $90 (y llegan tranqui hasta los $130). La cadena que ofrece sándwiches armados por uno mismo se vuelve un poco más accesible: por $49 se puede comer bastante bien. 

El barato y el gratis
Para conseguir un menú interesante y súper conveniente, hay que rastrear las ofertas de las Cooperativas o centros culturales, donde en algún momento se podía comer por $30. Ah, y el gratis es a la vez un clásico: llevar el tupper con sobras desde casa.