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El periodista y escritor porteño Sergio Olguín publicó el tercer libro de la saga policial de desventuras de su protagonista Verónica Rosenthal, bajo el título "No hay amores felices". Un libro que supera a los dos primeros en la complejidad en que se sincronizan las historias, y en que Verónica debe atravesar una crisis existencial en paralelo a resolver casos de tráfico de drogas y de órganos, la búsqueda de una supuesta familia desaparecida, para “desnudar la trama de complicidades entre políticos, médicos y religiosos”.

Si bien Olguín tiene un recorrido como periodista cultural de años, así como de escritura en varios géneros, fue en los últimos años que puso énfasis en dedicarse de lleno a la literatura, y desarrolló una serie de crónicas policiales con los condimentos del suspenso del género y sin perder la idiosincrasia argentina y la mirada femenina.

En diálogo con Rosarioplus.com, Olguín aseguró que eligió una protagonista femenina para cambiar el clásico detective privado o policía: “Me gusta que sea un policial distinto, una mujer que se comporte como los protagonistas de Chandler, que es buenísima investigadora y resuelve los casos mientras tiene problemas en su vida privada”.

Verónica Rosenthal tiene peleas o se acuesta con quienes se cruzan en su camino mientras resuelve casos, y tiene problemas con las bebidas. Y si bien asegura que siempre hay mas de una perspectiva en sus novelas, no existía la complejidad de varios casos a resolver en paralelo a una historia de amor que se define. Narra desde el punto de vista de la periodista de policiales, pero también recorre los dramas de un padre de familia en crisis tras un trágico accidente, y un joven fiscal que Verónica conoce muy bien.

Olguín reconoció en su composición de la protagonista que admira el universo femenino, y suele observarlo “con sorpresa y perplejidad, con la intención de deducir cómo piensan”. Y claro, algunos rasgos o situaciones se inspiran en las mujeres de su vida: hijas, mujer y colegas.

Rosarioplus.com quiso saber si la heroína de sus policiales busca ser un álter ego de su vida, a lo cual Olguín precisó que “mas que álter ego es el ideal de periodista que no fui, dedicado a lo cultural y nunca hice policiales aunque me hubiese encantado”.

De esta forma reconoció que deposita sus fantasías de sus comienzos en la profesión: “Quería poner en evidencia los delitos y la implicancia en la sociedad, a través de un personaje que sea puro y honesto en su profesión, y me inspiraron muchos amigos que son excelentes periodistas de policiales (y grandes escritores) como el rosarino Osvaldo Aguirre, Javier Sinay, Rodolfo Palacios y Ricardo Ragendorfer”.

Pero el policial, asegura, siempre estuvo presente en su escritura, ya que hay suspenso e intriga, y en los cuentos infantiles se configura lo oscuro “con monstruos o con cuentos de terror, que a los chicos les encanta”. En los cuentos infantiles es “donde mejor se podía cursar los bordes entre realidad y ficción, vida y muerte”.

Luego de un amplio recorrido periodístico y editorial, Sergio Olguín se dedica de lleno a la escritura literaria desde 2013, y participa en guiones de cine y televisión. Explica su giro en un comienzo temprano del oficio: “Necesitaba tomarme un descanso del periodismo para dedicarme a escribir, porque empecé el oficio muy joven”.

De cara al futuro cercano, adelantó que se encuentra escribiendo una novela de amor en épocas de la guerra de Malvinas que se publicará a comienzos de 2017, mientras que, a su vez, diagrama la cuarta edición de las historias de Verónica Rosenthal.