El 20 de febrero de 2025, Elon Musk y Javier Milei protagonizaron una escena que recorrió el mundo: en plena Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC), el presidente argentino irrumpió en el escenario con una motosierra —símbolo de su campaña— y se la entregó al CEO de Tesla. Musk la blandió en alto, generando una postal celebrada por el mileísmo como una muestra de afinidad entre dos figuras que comparten la prédica del ajuste estatal. Cuatro meses después, el magnate sudafricano se arrepiente: "Faltó empatía", confesó.

El inesperado viraje de Musk ocurrió en medio de una creciente disputa con Donald Trump, quien asumió recientemente su segundo mandato como presidente de Estados Unidos. Alejado ya del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) que supo liderar, el empresario comenzó a marcar distancia del entorno político conservador. Su reciente publicación en X, donde cuestiona el despilfarro estatal pero admite haber actuado con poca sensibilidad al exhibir la motosierra, generó revuelo en redes.

El momento de la motosierra, celebrado en su momento por figuras como el vocero presidencial Manuel Adorni, parece hoy más una carga que un símbolo para Musk. La escena —donde el empresario levantó el objeto frente al público— fue replicada millones de veces y alimentó la narrativa del mileísmo sobre su cercanía con Silicon Valley. Pero en la actualidad, el contexto cambió drásticamente. 

La autocrítica de Musk, disparada por un comentario de un usuario en X, deja en evidencia los límites del show político y el uso de símbolos extremos. “Buen punto. Milei me dio la motosierra entre bastidores y la usé, pero, en retrospectiva, faltó empatía”, escribió.