Cualquier usuario de bicicleta sabe que no hay peor cosa que descubrir que ha sido robada. Y aunque siempre aparece un tipo de candado o linga nueva que es mas resistente que la anterior, los ladrones parecen siempre parecen encontrar la forma de terminar llevándoselas.

Y buscando la manera más efectiva para evitar este tipo de robo, el japonés Motoki Reoga, de 29 años, cree haber encontrado una solución a este problema de una manera tan efectiva como barata.

Primero analizó las estadísticas de robo de bicicletas en japón (se roba una bici cada 15 minutos) y luego llegó a la conclusión de que las bicis con mal aspecto son las menos elegidas para robar, por lo que creó un sticker para pegar en el asiento que simula ser caca de paloma.

Parece una idea sonsa pero la experiencia demostró que funciona: fue probada en 1000 bicicletas y tras cinco días ninguna fue robada. Y su idea gustó tanto que su campaña para recaudar fondos para el proyecto terminó recaudando más del doble de lo que necesitaba.