La afamada serie distópica que imagina una nación gobernada por una teocracia totalitaria en que las mujeres viven oprimidas y casi en la servidumbre, volverá a la pantalla chica con el estreno de su cuarta entrega: podrá verse (oficialmente) desde este domingo en la plataforma de streaming Paramount+, con el objetivo de "expandir su narrativa y explorar nuevos territorios".

Así lo aseguró en diálogo con Télam el británico O.T. Fagbenle, que en la historia interpreta a Luke, el esposo de June Osborne, la cada vez más implacable protagonista encarnada por Elisabeth Moss, quien además dirigió tres de los diez episodios de esta temporada.

"Ella es una de las personas más talentosas que conozco, y lo hizo con mucha facilidad, energía y creatividad. Yo también tuve la oportunidad de dirigir en otros proyectos y realmente es muy difícil, pero verla a ella manejándose de la forma en que lo hizo fue increíble", comentó el actor sobre la labor de su colega detrás de cámaras.

En ese sentido, contó que Moss "aportó muchas miradas nuevas para comprender a los personajes y sus dinámicas, y creó un ambiente en el que se pudo realizar un muy buen trabajo", que se vio reflejado en el ritmo vertiginoso y explosivo con el que arranca la narrativa de esta entrega.

Justamente, la sensación de peligro y la oscuridad que siempre tiñeron la trama alcanzan esta vez nuevos niveles mientras continúa la travesía de June, quien tras sufrir todo tipo de abusos físicos y psicológicos, busca escapar de las garras de Gilead, la República en la que quedó atrapada para ser utilizada como una vasija de procreación por los líderes de esa estructura.

La tira, creada por Bruce Miller, traslada a un futuro próximo -y tristemente posible- la ficción homónima escrita en 1985 por la canadiense Margaret Atwood, que creó ese universo desgarrador en el que la persecución está a la orden del día.

Su autora señaló que una de sus influencias para construir ese escenario fue la apropiación ilegal de bebés perpetrada durante la última dictadura en la Argentina, y la novela popularizada en la serie cobró un nuevo valor con el crecimiento de los movimientos de mujeres que se registra desde hace tiempo en todo el mundo.

Esas condiciones dieron lugar a esta producción cargada de tensión que habla con mucha crudeza sobre la violencia de género, la discriminación de las diversidades y el fanatismo religioso, cuya potente propuesta le valió cinco premios Emmy y dos Globos de Oro.

En el final de la tercera temporada, cuya trama ya se desvió narrativamante de la obra original, June y el grupo de "criadas" que reunió con los años se encontraban en plena huida luego de exiliar a decenas de niños y niñas hacia Canadá para evitarles un futuro en ese sistema patriarcal y represivo.

Pero la protagonista ya no es la misma del principio, cuando estaba despojada de toda autonomía y esperanza y añoraba reencontrarse con Luke y su hija Hannah, y aparece ahora como una fuerza vengativa, determinada a ponerle fin a ese mundo brutal.

Su misión no solo la transforma profundamente sino que afecta las vidas de sus cómplices en esa lucha y de quienes se esfuerzan por seguir su volátil rastro y la esperan, quizás en vano, desde el otro lado de la frontera.

"Creo que la incertidumbre es algo muy estresante para la gente, porque crea un vacío en tu cabeza en donde puede aparecer cualquier tipo de pensamientos. Luke ya se imaginó todos los peores escenarios posibles y ahora está en un momento muy vulnerable, con varios demonios rondando su mente, preguntándose qué es lo que June quiere y si es posible que vuelvan a encontrarse", adelantó Fagbenle.