Las teorías conspirativas y las fake news son ya parte de las costumbres navideñas y, aunque las reuniones familiares serán diferentes este año, es posible que queramos rebatirlos si vuelven a aparecer en nuestras cenas, algo que podemos hacer con las claves que nos da la ciencia .

Antes de saltar como un resorte cuando una frase nos parezca demasiado grave como para que se quede sin respuesta, puede ser útil saber cómo piensan aquellos que creen en hipótesis sin ninguna base científica y sienten una especial necesidad de difundirlas.

En un área del conocimiento en el que queda mucho por explorar, algunas investigaciones apuntan a que el cerebro humano tiene una inclinación natural a creer en esas teorías y que las personas reforzamos nuestras ideas previas cuando nos contradicen.

En el caso de que uno quiera entrar a debatir, conviene tener en cuenta que los argumentos racionales son menos efectivas que los emocionales y que la retórica y la educación son importantes, no solo para preservar la paz antes de los polvorones, sino también en la consecución del difícil objetivo de convencer al otro.

Consejos para debatir con alguien que cree en teorías conspirativas:

1. Dirigirse con respeto al interlocutor

Dirigirse con educación y respeto al interlocutor con el que se debate no es solo una buena técnica para no generar un rechazo entre los asistentes a la discusión, sino que también puede ayudar en el objetivo de persuadirle de que cambiar de opinión.

2. Empezar por un punto de acuerdo

Dentro de la estrategia de evitar el efecto boomerang , varios expertos proponen empezar con un punto de acuerdo ya partir de él moderar los juicios del contrincante.

Basado en este principio, un estudio firmado por un equipo encabezado por Matthew Hornsey, de la Universidad de Queensland, en Australia, plantea la necesidad de alinearse con las creencias previas de los defensores de postulados anticientíficos para conseguir cambios más eficientes que con la confrontación.

Los autores de la investigación han llamado a esa técnica "persuasión jiu-jitsu", en una identificación con el arte marcial que utiliza la fuerza del adversario en su contra.

3. Dejar que el oponente caiga en sus propias contradicciones

Otra propuesta planteada por los expertos es pedir explicaciones sobre el proceso lógico que ha llevado a las conclusiones que se rebaten, propiciando que quien las defiende caiga en sus propias contradicciones y deje en evidencia la debilidad de su discurso, lo que acaba conduciendo a posiciones más moderadas.

Esta técnica se basa en la teoría de "la ilusión de entendimiento", que formulada en un contexto de opinión política por un grupo liderado por Philip Fernbach, de la Universidad de Colorado Boulder (Estados Unidos), sostiene que la gente sabe menos de lo que cree acerca de las causas que sustentan sus juicios más polarizados.

4. Poner de manifiesto las trampas en el discurso negacionista

Aunque el trabajo de Schmid y Betsch se centra en las estrategias para rebatir a los negacionistas en debates públicos, algunas de sus conclusiones pueden aplicarse en el ámbito familiar.

Así, el estudio subraya que es "eficaz" poner de manifiesto las técnicas retóricas que siempre utilizan los negacionistas -como son, entre otras, recurrir a falsos expertos o la selección interesada de los datos- para convencer a quien escucha del engaño que suponen.

( EFE)