Indonesia, cuarto país más poblado del mundo, comenzó esta semana su compleja campaña de vacunación contra la covid-19 dando prioridad además de a los trabajadores sanitarios a algunos conocidos influentes para inspirar confianza en la población.

Raffi Ahmad, un popular rostro de la televisión indonesia que cuenta con 49,4 millones de seguidores en Instagram publicó en esa red social el vídeo en el que recibía la vacuna en  el primer día de la campaña de vacunación masiva en el archipiélago.

"No tengan miedo de las vacunas", escribió bajo el vídeo el influencer de 33 años, descrito por el canal de youtube de la secretaría de Estado como "representante de la juventud" para justificar su pronta vacunación.

El presidente indonesio, Joko Widodo, fue el primero en recibir la dosis de la vacuna CoronaVac, producida por la farmacéutica china Sinovac, a fin de demostrar la confianza depositada en el fármaco, e inició así una ambiciosa campaña que tiene como objetivo vacunar a 181,5 millones de indonesios de aquí 2022.

A lo largo de enero se marcan como objetivo vacunar a 566 mil trabajadores sanitarios, a quienes priorizan por estar en primera línea de batalla contra el coronavirus.

La agencia indonesia para el Control de los Medicamentos autorizó el inicio de la campaña de vacunación al cifrar en un 65,3 % la efectividad de la vacuna de Sinovac durante la tercera y última fase de pruebas con personas, también testada en Brasil -donde la efectividad registrada es del 50,4 %- y Turquía.

Tras la inoculación al presidente, otros ministros y miembros destacados de las autoridades recibieron sus dosis, a excepción del vicepresidente, Ma'ruf Amin, de 77 años.Indonesia, a diferencia de otros países, ha optado por una estrategia más conservadora y espera recabar más datos sobre la efectividad del fármaco de Sinovac en personas con una edad superior a los 59 años antes de suministrarlo entre esta población de riesgo.

Las autoridades sanitarias valoran utilizar a partir de abril los fármacos de Pfizer y AstraZeneca entre los 21,5 millones de personas mayores de 59 años, aunque todavía tienen que ser aprobados por la agencia para el Control de los Medicamentos (BPOM). 

(EFE)