La reconocida marca de ropa deportiva Nike lanzará al mercado dos modelos de zapatillas elaboradas a base de cáñamo, una subespecie de la planta del cannabis. Se trata de remakes de los modelos Blazer Mid '77 y las Air Force 1 Low.

No se trata de la primera incursión en el tema por parte de una marca. La tendencia de la ropa de cáñamo se pudo observar en la fabricación de las zapatillas Happy 420 de Adidas y el reemplazo de fibras de algodón por fibras de cáñamo en los jeans Levi’s.

Blazer Mid '77

Las Blazer Mid '77 para adultos están tejidas con cáñamo en su totalidad, mientras que la suela fue diseñada a base de materiales reciclados. Con respecto a los colores del modelo, la pipa de Nike es en un tono azul brillante, el talón es naranja fuerte y el refuerzo delantero es amarillo pastel. El resto del calzado (tirantes, base, puntera y cordones) es de un color blanco neutro que le da un estilo urbano para utilizar diariamente.

Un detalle: sobre la lengüeta de la zapatilla, se puede leer la palabra “Hemp” en verde brillante, que significa cáñamo.

Air Force 1 Low

Este modelo fue lanzado por Nike en 1982. Desde aquel entonces, se convirtieron en un clásico para quienes usan esta marca. Con la nueva versión, los más chicos también podrán usar zapatillas de cáñamo.

Las Air Force 1 Low están totalmente tejidas con cáñamo y muestran colores fuertes como el rojo, el verde, el azul y el amarillo pastel. Al igual que las Blazer Mid ’77, tienen las suelas hechas con materiales reciclados y, por este motivo, aparecen los puntitos negros en toda la superficie.

El cáñamo en la industria textil

El cáñamo es una subespecie de la planta del cannabis que no posee efectos psicoactivos por su bajo contenido de THC, es un material con múltiples usos industriales. Entre estos, el textil.

Del tallo se obtiene una de las fibras más fuertes y duraderas para la producción de textiles y también de cordeles, cuerdas, papel, molduras y alfombras, entre otros.

Otra de las principales cualidades del cáñamo es que es un cultivo que permite una producción ecológica, ya que absorbe durante su crecimiento gases contaminantes que contribuyen al efecto invernadero, como el dióxido de carbono. A su vez, funciona como sustituto del algodón, el cultivo más utilizado por la industria textil y uno de los más contaminantes.