Brasil se ha convertido en uno de los países que más semen estadounidense importa en el mundo, y cada año más que el anterior. En 2017 compró 500 tubos en comparación con 16 en 2011, según contó recientemente The Wall Street Journal.

Según los especialistas, el despacho de tanto fluido sugiere que en el principal país latinoamericano hay cada vez más mujeres solteras o parejas lésbicas con dinero pero también revela que el niño más deseado tiene un perfil muy concreto: rubio, con ojos claros y preferiblemente con pecas. En un país donde los negros son mayoría numérica (el 51% de la población) y minoría económica, ser blanco es el símbolo de estatus definitivo.

Según Anvisa, la organización de la salud brasileña, de todas las muestras de esperma que los brasileños compraron a Estados Unidos entre 2014 y 2016, el 95,4% provenían de hombres blancos; el 51,8% tenía ojos azules; y el 63,5% el pelo marrón.

En resumen, apenas parecerá de Brasil, un país que hasta 1888 importó diez veces más esclavos africanos que Estados Unidos y donde, por tanto, esa es la genética más común. Pero sí parecerá de la élite brasileña. Según el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística, el 1% más rico de Brasil se compone un 79% de blancos y solo un 17% de negros. Sin embargo, según la misma institución, cada vez que hay un asesinato, las posibilidades de que el muerto sea negro son de un 78,9%.