Maggie era la perra considerada como la más longeva en todo el mundo. Pero esta semana falleció a la infrecuente edad de 30 años, en su casa de Woolsthorpe (Australia). La familia McLaren, con la que convivió las tres décadas de su vida, lo anunció a los medios hace unos días.

Es que esta perra era famosa por su edad, aunque no consiguió nunca el récord Guiness por su vejez ya que su familia perdió los papeles oficiales donde figuraba su fecha exacta de nacimiento.

Sin embargo, el patriarca de la familia, Brian, asegura que la kelpie australiana llegó a su casa cuando su hijo, que hoy tiene 34 años, tenía sólo 4. Si se hacen los cálculos según esa leyenda que dice que por cada año perruno se cuentan siete humanos, Maggie habría fallecido a los 210 años.

El que sí figura en el Guiness por su edad es Bluey, un perro nacido en 1910 que llegó a los 29 años de vida. Curiosamente el can, un pastor ganadero, también era oriundo de Australia. Algo debe haber en la isla del Pacífico.