Sí, así como lo leen: la próxima caja navideña del trabajo debería estar compuesta por pizza, porque así no sólo se tendría un gesto con los trabajadores, sino que se mejoraría el laburo en la oficina.

Según el estudio de Dan Ariely, un psicólogo estadounidense, comer pizza podría ser la clave para aumentar la productividad en la oficina. Ariely ha publicado su estudio en un libro llamado 'The Hidden Logic That Shapes Our Motivations' (en español, 'La lógica oculta que forma nuestras motivaciones').

El psicólogo investigó a una serie de empleados que trabajaban con chips informáticos en una compañía israelí: les dio varios incentivos para ver cuál de ellos les hacía trabajar más duro.

Al principio de la semana, a cada participante se le dio uno de los tres textos que el investigador había preparado: uno prometía pizza, otro un bonus de $27 y otro en el que decía que recibiría un cumplido del jefe si conseguía el objetivo de trabajo diario. Algunos participantes no recibieron ningún mensaje para estudiar la diferencia con el resto.

Los resultados fueron claros: los empleados preferían pizza y cumplidos de su jefe. Sobre todo la pizza, ya que aumentó la productividad un 6,7% de media en el grupo. Según apunta Dan Ariely en su libro, llevar regalos de pizza a sus casas tenía un incentivo doble: "No solo les dábamos un regalo, también les hacíamos héroes a los ojos de sus familias".