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Puede pasar que un viajero distraído o perezoso pierda su viaje por llegar tarde a la estación. Pero que unos veinte pasajeros pierdan un tren habiendo llegado a tiempo y sentándose cómodamente en sus asientos, resulta insólito. 

Nobleza obliga, en este caso es el tren el que los perdió a ellos. ¿Cómo? La cosa fue así: un servicio de la empresa estatal de ferrocarriles de Bélgica SNCB debía partir de la localidad costera de Ostende con rumbo Cortrique, cerca de la frontera con Francia. Lo hizo a tiempo, pero hubo un pequeño detalle: al salir de la estación, se “olvidó” algunos vagones.

Suena loco, pero es lo que sucedió. Al partir, al menos uno de los vagones de la formación quedó detenido, sin moverse. El personal de la compañía no se dio cuenta hasta diez minutos después. Los vagones que no emprendieron la marcha estaban "encendidos y abiertos", según informó la televisión pública flamenca VRT.

Los pasajeros que se quedaron en Ostende se vieron obligados a continuar su viaje en el siguiente tren hacia Brujas, a unos 60 kilómetros del destino final del primer tren. La cadena agregó que la compañía no ha sido capaz de dar una "explicación satisfactoria" de por qué algunos vagones habían sido desconectados del resto del tren.