Todos los días aparece algo distinto en el universo de Wanda Nara. La influencer se las ingenia siempre para provocar interés, para atraer las miradas, para conseguir que se hable de ella hasta el hartazgo.

A todas las secuelas que continúan volando del Wandagate, ahora aparece un capítulo peculiar, en el que ejerce un ataque de celos Mauro Icardi. ¿En serio el delantero tiene el tupé de reclamar? A pesar de erigirse en el único culpable de la  y del engaño, el futbolista puso el grito en el cielo.

Resulta que desde que  aterrizó en Argentina se generó una atracción en torno a la figura del guardaespaldas, Agustín Longueira. Los medios, y los usuarios de las redes sociales, detectaron que el hombre de seguridad de Nara poseía una facha extrema.

Icardi echó al guardaespaldas de Wanda que se pasó de vivo

Este hombre de 32 años, oriundo de San Pedro, tomó una decisión muy extraña, porque se dejó seducir por la visibilidad y saltó a Instagram a jugar con fotos picantes y se lanzó a responder preguntas de sus seguidores. En ese feedback soltó declaraciones muy fuertes sobre Wanda.

Todo esto llegó a oídos de Icardi que ante semejante tenor de palabras estalló de ira y decidió echar de su trabajo al guardaespaldas. Al menos eso informaron en Intrusos, donde Rodrigo Lussich describió: “Se hizo el canchero, abrió un juego en Instagram y eso fue su catapulta. El marido de la jefa dijo ‘pará un poquito’ y lo echaron. Se hizo el canchero y lo rajaron al guardaespaldas de Wanda”.

Para aclarar la situación laboral, el conductor de América añadió: “No lo llamaron más para laburar, que es lo mismo que te rajen. Pallares lo advirtió en su momento, que le iba a querer Icardear a Icardi”.

Todo se remite a respuestas de Agustín del calibre de: “¿Quién no le entra a Wanda’”, “estaría con una mujer casada” y “la amo a Wanda”. Le salió el tiro por la culata.