El músico rosarino Fito Páez repasó su último disco La ciudad liberada y celebró los 30 años de la edición de Ey!, su cuarta placa de estudio, en un vibrante concierto ofrecido el jueves por la noche en el porteño Teatro Gran Rex. Al desplegar creaciones de su más reciente registro, Fito optó por incluir en el repertorio unas 7 canciones y realizó varios cambios respecto a las mostradas en la presentación oficial, ocurrida en abril pasado, en el Estadio Luna Park. Incluso, regaló a la afición riverplatense y boquense una insólita versión de Dale alegría a mi corazón aplicada a la final de la Copa Libertadores que Millonarios y Xeneizes disputarán este sábado.

La celebración de Ey! se llevó a cabo a partir de la interpretación completa ese disco, en la que se respetó el orden original de las 9 canciones que lo componen y los arreglos correspondientes. Más allá del lógico ejercicio nostálgico que implicó volver a recorrer esta grabación de 1988, su desarrollo sirvió para comprobar que esas composiciones, no sólo soportaron el paso del tiempo, sino que además mantienen vigencia.

La totalidad del concierto permitió que afloraran las distintas facetas del ya clásico artista, tales como la del inspirado compositor, con una aguda pluma y una descarnada visión de la realidad; la del creador de hits; o la del baladista que opta por el tono confidencial.

Fito estuvo acompañado por la banda con la que lleva varios años de trabajo, integrada por Diego Olivero, su actual socio musical, en el bajo; y Gastón Baremberg, en la batería, quienes conforman una contundente base; Juan Absatz, en teclados; Juani Agüero, un pirotécnico guitarrista que aporta el toque rockero; y la corista Anita Álvarez de Toledo.

El concierto, que duró alrededor de dos horas y media, y en el que se interpretaron 28 canciones, estuvo dividido por cuatro bloques imaginarios de composiciones, de acuerdo a diferentes características. El arranque incluyó el costado más cancionero, sensible y confidencial del artista, con temas de La ciudad liberada como Otra vez el sol, Chica Mágica, Nuevo mundo y Tu vida, mi vida; y los clásicos 11 y 6, Al lado del camino y El amor después del amor.

Luego fue el momento de retroceder 30 años para volver a Ey!, una verdadera joya que graficó de manera categórica la Argentina que despertaba de golpe del sueño de la “primavera democrática”. Acto seguido desfilaron algunas canciones más del último álbum, como la que le da el nombre al disco, “Plegaria” y “Se terminó”; para finalmente desembarcar en los clásicos hits, como “Mariposa technicolor”, “Dar es dar”, “Ciudad de pobres corazones”, “Y dale alegría a mi corazón” y “El diablo de tu corazón”, entre otros.

En medio de mucha emoción por la respuesta del público, alguna vaga referencia a la actualidad y muchas ganas de interactuar con la gente, Fito cedió el escenario por un instante a una nueva banda llamada “Abstracta” y reivindicó a los referentes del género, con un efusivo reconocimiento a David Lebón, quien estaba entre el público; y muchas referencias a Charly García, la mayoría de ellas a través de pasajes musicales. Tanto en estas actitudes como en el repertorio elegido, Fito Páez reflejó su status como artista con un pasado ilustre, a la altura de los clásicos, y un gran presente.
El rosarino ofrece también este viernes una nueva función en la emblemática sala de la porteña calle Corrientes.

 

Télam