El pasado mes de octubre, cuando se hizo pública la primera denuncia por abuso sexual en su contra, la carrera de Kevin Spacey dio un vuelco, y terminó despedido por Netflix, además de eliminado de una película que ya había grabado.

El actor, que era el protagonista de House of Cards, la apuesta más fuerte del servicio de streaming, quedó afuera de la próxima temporada de la serie, y también se frustró Gore, un filme que iba a protagonizar y producir la estrella de Hollywood en la misma plataforma.

Pero la decisión de Netflix de no trabajar más con Spacey tuvo un alto costo económico: según los resultados difundidos del último trimestre de 2017, el despido le salió 39 millones de dólares.