La serie española La Casa de Papel se ha convertido en un éxito inesperado en todo el mundo. De la mano de Netflix, la ficción de Atresmedia y Vancouver Media arrasa en países como Brasil, Estados Unidos, Francia, Argentina, Arabia Saudí, Uruguay, India, Noruega o Reino Unido, entre otros. El último en sumarse a esta tendencia ha sido Turquía, donde la ficción ha ganado adeptos a un ritmo imparable.

Sin embargo, su éxito no parece haber sentado bien en las altas esferas del país liderado por Recep Tayip Erdogan, donde varios políticos la consideran ahora «un símbolo de rebeldía».

Así lo ha señalado en su cuenta de Twitter el político Ibrahim Melih Gökçeh, exalcalde de Ankara y que cuenta con cerca de 4,3 millones de seguidores en su perfil. Para él, la ficción es un reclamo contra el régimen del presidente Erdogan.

“La serie es un símbolo de rebeldía. Debe ser intervenida por las autoridades policiales”, publicó en sus redes sociales, en las que puso una amplia retahíla de mensajes contra la serie. “Busca dirigir a la juventud hacia un lugar: la sublevación. Cada fotograma del tráiler de la serie tiene mensajes subliminales y está triunfando en países con muchos rebeldes”, señaló Gökçeh sobre la ficción.

Para el político, incluso el tráiler de la segunda parte de la serie en Turquía “incita al asesinato” del magnate Ali Koç, uno de los hombres más ricos del país. Koç fue hace años el presidente del Fenerbahçe, equipo de referencia en el país.

En términos similares se expresó para hablar de la serie el periodista Ömer Turan, uno de los más célebres tertulianos del país. “El tráiler está lleno de mensajes subliminales, de principio a fin”, escribió en uno de sus textos de los muchos que le dedicó a La Casa de Papel.

El boicot a la serie es la contracara del apoyo oficial brindado a producciones propias y que ponen en valor la historia turca, como lo ha sido la serie Las Mil y Una Noches, que hicieron famosos a la pareja de Onur y Sherezade. 

“Es muy significativo que aquí se permita que exista una serie que alienta la rebelión contra las autoridades y el Estado y que motive a la juventud para que se prepare para la rebelión”, comentó Turan en sus redes.

El periodista fue incluso más allá. En uno de los tráileres aparece la inscripción “Berlín es nuestro padre”, en referencia a Berlín, uno de los protagonistas de la serie al que da vida Pedro Alonso.

Aunque Turan tuvo otro punto de vista y se refirió al nombre del actor como una alusión a la capital alemana como centro de Europa y como “padre”. “Para mí, ese mensaje tiene que ver con la burocracia, la economía, el banco central y el aumento del valor del dólar. Ese mensaje no es ni subliminal: es un mensaje que es claro y muy internacional”, recalcó.

Por todo ello, ambos han solicitado la intervención e investigación de la serie por parte del Gobierno turco y las autoridades. Su petición podría triunfar, pues la nueva Ley de internet, aprobada en el país en marzo, permite que las autoridades estudien y regulen los contenidos de cualquier plataforma 'online'.

Por eso la serie podría ser censurada y suprimida del catálogo de la plataforma en Turquía en caso de que la cúpula del país apoye las teorías conspirativas de Gökçeh y Turan.