La Asociación de Teatros Independientes de Rosario, presentó un proyecto en el Concejo Municipal que apunta a fomentar la realización de obras locales y a reglamentar adecuadamente los requisitos para la habilitación de salas. La iniciativa es impulsada por el bloque Frente de Todos – PJ, que integran Alejandra Gómez Sáenz, Norma López y Eduardo Toniolli.

Las salas de teatro independiente de Rosario nucleadas en ATIR son aproximadamente 19, de las cuales “la gran mayoría está en funcionamiento y hay dos que están en trámites y en trabajos edilicios para poder habilitar, para que la ciudad tenga dos espacios nuevos de teatros”, señaló Ignacio Farías, uno de los responsables de La sonrisa de Beckett, ubicada en Entre Ríos al 1000.

“Venimos buscando que se nos saque de la ordenanza de nocturnidad, porque ahí figura el rubro de cine y teatro, nosotros logramos en 2013 aparecer como una figura de teatro independiente pero nunca se reglamentó y por eso quedamos ahí entrampados en esa lógica de la nocturnidad”.

“Las salas de teatro independiente están lejos de ese tipo de funcionamiento: no somos un boliche, ni un bar cultural, ni un café cultural, somos salas de teatro independiente y nos rige la ley del Instituto Nacional del Teatro”, aclara Farías, pero fustiga: “Esa ley es la que regula nuestro trabajo y nuestros espacios, pero está hecha para salas que tienen capacidad hasta 300 localidades. En Rosario, ninguna de las que están nucleadas en Atir tiene esa capacidad. La mayor estará en 120 localidades aproximadamente, y al no estar bien reglamentada esta situación, hace que se nos pidan cuestiones que implican inversiones económicas altas, como poner mangueras para bomberos, sistemas de detección de humo, de gas. Por eso estamos hablando con el Ejecutivo para poder bajar un poco esa exigencia, entendiendo que ellos conocen nuestro tipo de funcionamiento”.

De ahí la necesidad de una ordenanza que apunte a regularizar y reglamentar adecuadamente los requisitos que hoy se piden para acceder a una habilitación. “Somos espacios que posibilitan que una función se realice un fin de semana, y a la vez esa función posibilita que trabajadores de diferentes rubros dentro de lo escénico puedan llevar a cabo una economía alternativa, como vestuaristas, escenógrafos, boleteros, actores, actrices, directores, iluminadores, un gran abanico de personas que ronda  para el funcionamiento de una sala de teatro independiente”, concluye Nacho.