Tras su paso por  una librería local, donde firmó ejemplares en la tarde de este viernes, Eduardo Sacheri, autor de cuentos y novelas tales como Esperándolo a Tito, Lo raro empezó después y La pregunta de sus ojos, entre otros títulos, pasó por los estudios de Sí 98.9, donde converso distendidamente con Leo Ricciardino y su equipo. Además de la firma de ejemplares, Sacheri estuvo presentando en la ciudad su último libro, Los días de la Revolución, primer trabajo de ensayo histórico del escritor que también es profesor de Historia.

“Para mí enseñar historia es algo importante, y es por eso que lo sigo haciendo, más allá que tengo muy pocas horas en un secundario los lunes en provincia de Buenos Aires, de manera que solo tengo 70 chicos por año. Con un libro se puede llegar a muchísima gente que cuando uno escribe sobre divulgación científica no está buscando llegar a los colegas, más bien a la gente común”, señaló en el comienzo de la nota.  

En este trabajo, Sacheri aporta su granito de arena ante la preocupación de la moralización de la Historia, de lugares estancos y de poca visión interdisciplinaria. Saluda el trabajo de las universidades pero argumenta que el mundo académico tiene lógicas “endogámicas”, trabajos con un nivel de detalle que no tiene cabida en los públicos masivos.  

“Esta posibilidad que tengo de poner a disposición material complejo mediante le canal editorial, que es lo que hago con mis alumnos, y ponerlo al alcance es algo interesante”, explicó.

Entrado en la elección de la temática de su libro,  donde en un recorrido de casi 300 páginas, mezcla planos y recursos que proponen una revisión de acontecimientos históricos desde 1806 hasta 1820, dijo: “Me fui hasta allí porque uno con la historia se pregunta cosas con el presente y la idea era saber dónde arrancamos como país, cuando estas tierras se separaron de España y Argentina no era la Argentina”.  

En ese sentido, lejos está el territorio de pensarse como país y es allí donde Sacheri construye el relato histórico. Es el punto de partida para comenzar a hablar de argentinidad que según el historiador, podría comenzar a usarse y sentir ser argentino a partir de 1880, tras una serie de conflictos y guerras civiles.

Sacheri se corre de la ficción y decide poner la historia al servicio de todos

La historia liberal de las escuelas y un debate viejo, pero vigente

La historia que nos  solían contar y nos enseñaban años atrás es la historia liberal y oligárquica que surge después de la batalla de Pavón, cuando finalmente Buenos Aires se impone a las provincias, pero desde hace algunas décadas surgieron otras miradas que se contraponen a este pensamiento, dando lugar a lo popular como insignia de nuestro pasado.

Esta batalla cultural, según Sacheri comenzó a darse hace 40 años y para él ya está terminado, pero adujo que existen revisionistas que “siguen en el mismo dialogo” antagónico y que pensarlo de manera dual “es un debate que en las universidades quedó un poco atrás” porque los términos eran sobre las historias tradicionales de héroes y villanos, como gigantes prometeicos que movían la historia.

“La disputa central entre liberales y revisionistas era como se armaban los equipos. San Martín era bueno para los dos como Belgrano, Rivadavia era bueno para los liberales y malo para los revisionistas que si sostenían a Rosas, pero siguiendo esta cosa personalizada. La idea actual es provechar muchas preguntas nuevas que nos puedan llevar a entender mejor”, formuló.