El proyecto de ley de Asignaciones Específicas para Industrias e Instituciones Culturales, que busca evitar el desfinanciamiento de organismos como el Instituto de Cine, el del Teatro y el de la Música, obtuvo dictamen de mayoría el martes en el Comisión de Presupuesto de la Cámara de Diputados y se trataría en el recinto el próximo jueves, según dijo el diputado del Frente de Todos por Córdoba, Pablo Carro, autor de la iniciativa.

El proyecto de Carro garantiza las asignaciones específicas para las industrias culturales hasta 2072, durante 50 años, apostando a la consolidación de políticas de Estado. La propuesta reviste carácter de urgente por cuanto viene a anular una modificatoria de la ley 27.432, votada en diciembre de 2017 a instancias del gobierno de Mauricio Macri, que estipula que tanto el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa), El Instituto Nacional del Teatro (INT), el Instituto Nacional de la Música (Inamu), las bibliotecas populares del programa Conabip y Radio Televisión Argentina (RTA) dejarán de recibir de manera directa fondos tributarios.

Los fondos que garantizan el funcionamiento autónomo y la autarquía de estos organismos así como las políticas de fomento corren riesgo de desaparecer a partir del 1 de enero de 2023 si continúa la ley macrista, por cuanto esas asignaciones específicas pasarán a Rentas Generales y su distribución quedará al arbitrio del Ministerio de Economía, desapareciendo una política de Estado que asegura el fomento de la cultura que se viene desarrollando hace años de manera beneficiosa y que es uno de los sustentos de las industrias culturales en la actualidad.

Desde Rosario, varias asociaciones vinculadas a las artes salieron en defensa de la modificación, como una posibilidad de visibilizar la situación de las industrias culturales. El lunes pasado se concentraron en Plaza Pringles en concordancia con la jornada federal "Cultura, soberanía y trabajo argentino", con la consigna "por nuestra soberanía cultural y comunicacional", tras dos años de pandemia sostiene que si no se llegara a aprobar esto sería una estocada final para la cultura.

Celia Martínez, música, vicepresidenta de la Federación Argentina de Músicos Independientes (FAMI) en representación del El Qubil Rosario, dijo a este medio que no hubo debate social en cuanto a las modificaciones que propone la ley vigente y que pasó porque se trataba de muy pocos artículos. Pero sostuvo que desde El Qubil están al tanto de la situación desde hace mucho tiempo por el vínculo con otras organizaciones que lo pusieron en evidencia. Sin embargo reconoció que la movilización fuerte del sector se dio una vez que el propio ministerio de Cultura de la Nación lo puso en evidencia con una campaña de difusión.

Por su parte desde Cobai, agrupación rosarina que nuclea a los bailarines de la escena independiente, Verónica Rodríguez explicó a Rosarioplus sobre la situación de posible desfinanciamiento de los institutos y, en el caso de la danza, resulta algo más complejo ya que de todas las actividades comprometidas es la única que no cuenta con un instituto especifico y no hay ley que lo reconozca.

Sin embargo, esta actividad se financia hoy mediante el Instituto Nacional del Teatro (INT), una de las entidades amenazadas por la ley vigente que en 2017 ingresó en un paquete de leyes que respondían a las negociaciones que mantenía el gobierno macrista con el FMI, donde se puso un plazo a las asignaciones específicas para finales de este año.

“Todos estos institutos se sostienen a través de porcentajes de impuestos y se generan fondos específicos, por ejemplo una parte de los impuestos que paga el cigarrillo. Lo que pasaría si no se sanciona la nueva ley  es un desfinanciamiento total de estas actividades”, agregó.

Esto sumado a la criticidad del sector cultural, agobiado por la pandemia y las políticas del macrismo, funcionaría como “una estocada final para las industrias culturales”, entendiendo que la mayor parte de los proyectos “necesitan de un aporte del Estado”.

“Hoy estamos militando la necesidad que se sancione el proyecto de ley del Frente de Todos para poder extender la vigencia de las asignaciones específicas. Esperamos que las acciones que llevamos a cabo  presionen para votar a favor. Estamos haciendo asambleas, marchas y trabajo en la redes porque entendemos que desde la lucha colectiva podemos condicionar la situación actual”, pronunció Rodríguez.

Cristian Álvarez, de la Asociación Argentina de Actores, filial Rosario, confía en que la modificación salga, pero advirtió que muchas veces estos tipos de leyes “funcionan como una moneda de cambio en un tire y afloje por otras cuestiones que suelen ser consideradas más importantes que la cultura y es ese el discurso que usa la derecha para poner este tipo de cosas en una mirada sectorial”.

“El sector que apoya la modificación es variopinto, obviamente no con el apoyo de Juntos por el Cambio que presentó un dictamen por minoría basado en un discurso donde dicen estar de acuerdo con el apoyo, pero  poniendo en discusión cómo se asigna y apuntando al INCAA”, apuntó.

La ley y su posibilidad de llegar a sancionarse

La iniciativa de Carro fue suscripta por la totalidad de diputadas y diputados del Frente de Todos presentes en la comisión y por los representantes del Interbloque Federal, del bloque Córdoba Federal, el Interbloque Provincias Unidas, del bloque Juntos Somos Rio Negro, del Frente de la Concordia Misionero y del Interbloque Frente de Izquierda y de Trabajadores. Sólo el Interbloque Juntos por el Cambio planteó un dictamen de minoría.

"Juntos por el Cambio se opone a mi proyecto con el 'argumento Finlandia', dicen que estamos legislando para Argentina y que es un despropósito asignarle fondos a las industrias culturales con la cantidad de pobres que hay en el país, con lo cual proponen una cultura que que sólo es viable en términos de mercado", destacó Carro sobre la postura de la oposición.

"Hay que tener en cuenta que estos fondos son un motor para toda la actividad económica, con las políticas de fomento del Incaa el cine genera de manera directa 90 mil puestos de trabajo y si tomamos cine, televisión y radio los puestos directos e indirectos llegan a 700 mil por año; en términos de Producto Bruto Interno estamos hablando de 3,6 puntos y un 3,1 % de los puestos de trabajo formales de la economía argentina. No se trata de un sector insignificante y la relación entre lo que se invierte y lo que genera el sector es ampliamente favorable para el desarrollo del país", destacò Carro.

En la discusión fiscalista hay que advertir que con la ley 27432 no caerían los impuestos que graban distintas actividades y que alimentan los fondos de fomento de estos organismos sino que los impuestos se seguirían cobrando pero pasarían directamente a Rentas Generales, quedando bajo el arbitrio del Poder Ejecutivo de turno.

"En realidad estamos en una discusión que atrasa 20 años, porque estamos discutiendo si hay que financiar o no la cultura cuando lo que tendríamos que estar discutiendo son las leyes que necesita el sector ante el avance tecnológico", señala el diputado por Córdoba.

Y pone el ejemplo el caso del cine, donde uno de los ingresos que recibe el Incaa es el 10% de las entradas de sala y el 10% de alquileres de videoclubes, hoy inexistentes, mientras que las plataformas de series y películas no aportan al desarrollo de una industria local audiovisual.

"Si dejamos de financiar la cultura -destaca Carro- solo vamos a favorecer la circulación de discursos únicos promovidos por los medios hegemónicos, eso solo beneficia a las grandes plataformas mientras que nosotros optamos por defender una cultura abierta, popular, diversa y democrática".

Los impuestos que toman parte de las asignaciones específicas son los derivados de la Ley de Servicio Audiovisual, de la Ley de Cine y de las leyes a los juegos de azar.

"El problema del mundo en la actualidad es el de la pluralidad en la cultura y los medios de comunicación, en un momento que tiende al aumento de la concentración y la expansión de las plataformas transnacionales, esta situación genera pocas voces, lo que empalma con un discurso conservador de la cultura. Para las posiciones neoliberales la única cultura que debe existir es la que sea viable económicamente, necesitamos mostrar que hay un amplio abanico de fuerzas políticas que entendemos que la cultura necesita financiamiento porque desarrolla puestos de trabajo, genera divisas y garantiza la soberanía cultural", concluyó Carro.