Basada en hechos reales, sobre una niña que fue vendida por su padre a un coronel, la obra “La muchacha de los libros usados” fue escrita por el reconocido dramaturgo argentino exiliado en Ecuador, Arístides Vargas, fundador de uno de los grupos más prestigiosos de América Latina, Malayerba. Luego de su flamante estreno en octubre de 2021, vuelve a la escena rosarina en el Centro Cultural La Toma.

La obra aborda, a partir de la venta de la niña a los fines de consumar un casamiento, una historia sobre la búsqueda de la libertad de una muchacha adolescente a través de los libros, atraviesa diversos momentos de su vida en un contexto hostil y planificado por la violencia de género, al ser tratada como una mercancía. La muchacha, que no tiene nombre, cuenta su vida en libros, que son para ella su espacio de libertad.

Arístides Vargas escuchó la historia de esta joven en 1976 cuando se exilió de Argentina, y la escribió en los años ’90. Desde el 2000 se representó en varios lugares de Latinoamérica. En Rosario se representaron varias otras obras del dramaturgo, pero “La muchacha de los libros usados” es la primera.

La obra bajo la dirección de Alesandra Roczniak y Mariana Sánchez, fue pensada desde fines del 2019, y durante la pandemia el elenco rosarino realizó trabajo intenso de producción y ensayo, con 15 escenas por las que desfilan libros y relatos que narran a su vez el recorrido personal de la protagonista y sus intentos por subvertir el destino que le asignaron como mujer-mercancía.

En el marco del Día internacional contra la trata de personas cabe destacar esta obra que se podrá ver todos los viernes de agosto a las 20.30 en Espacio Dorado, subsuelo del Centro Cultural de la Toma (Tucumán 1349). Reservas y anticipadas llamando al 341 5628274.

En escena, un mismo personaje es encarnado por actores y actrices de distintas edades, como un gesto para pensar que la violencia de género no afecta a un solo tipo de mujer: son muchas quienes han padecido y padecen abusos, también las que se animan a decir basta y escribir otra historia.

“En esta temporada cambiamos de sala, hubo incorporaciones en el elenco -los actores Sandra Mesa y Javier Ojeda- y modificaciones en la puesta relacionadas más que nada con lo espacial”, anticipa Roczniak y Sánchez agrega que “ahora los actores permanecen en escena todo el tiempo y a partir de ahí se desarrolla la trama. Hay más proximidad entre ellos”, explica la dupla.

Las directoras recuerdan que comenzaron a ensayar a principios de 2020 y por la situación sanitaria debieron introducir cambios. “Estamos volviendo a las ideas iniciales, previas a la pandemia, considerando la mirada de otros colegas que vieron la obra el año pasado y la del propio autor, con quien nos encontramos personalmente”.

“Nos interesa la mirada crítica de Vargas, su capacidad de presentar planteos que llevan a la reflexión y su manejo poético del humor y la ironía, lo que genera distensión en algunos casos”, apunta Sánchez, y  Roczniak comenta que la obra “resuena en muchas otras vidas, lo que genera proyección en el público”.

Mariana aseguró que “la historia refleja las violencias más allá de la edad y del género, buscamos por eso que sean varias las personas que representan a la protagonista en diferentes edades de su vida, inclusive varones”, y agregó: “Por momentos la historia tiene un uso de lo cómico o lo tragicómico”.

Alesandra recordó el comienzo: “Cuando Ariel Kalainis trajo la obra de Arístides la leímos mucho y cada vez encontramos otras cuestiones, es una historia muy rica. Estábamos leyendo varias obras para ver cuál representar con el grupo teatral. Habia leído otras obras de Arístides pero esta no, y me gustó muchísimo. La niña de este relato tiene la vida planificada desde que fue vendida por su propia familia al coronel”.

Sobre el tiempo que llevó, atravesado por el encierro, Alesandra recordó: “Nos interrumpió el proceso la pandemia, en el teatro necesitas estar físicamente con el otro, pero tuvimos que hacer reuniones virtuales, por Whatsapp y otros medios, fuimos pensando el guión, y los ensayos comenzaron en febrero en un patio al aire libre. Empezamos a ensayar con barbijo en el teatro, y vimos las complejidades de ensayar manteniendo la distancia pero con la convicción de que lo tenemos que hacer”.

Y finalmente Mariana agregó: “Con Ale íbamos tomando nota de lo que iba surgiendo en los ensayos y reuniones que se dieron en casi toda la pandemia, para retomar y minimizar el contacto, muchas cuestiones que nos obligaron a replantear la obra”.

Sobre el autor

Exilado en Ecuador, el argentino Arístides Vargas desarrolló una poética propia que dio lugar a destacadas obras como “Jardín de pulpos”, “La edad de la ciruela”, “Donde el viento hace buñuelos” y “Nuestra Señora de las nubes”. La temática de su dramaturgia gira en torno a la memoria, el desarraigo, la marginalidad, con destellos de humor, amargura y esperanza de que el mundo puede ser cambiado. Es un referente en América Latina.

“Habíamos estado en contacto con él de manera remota y fue muy emocionante y enriquecedor encontrarnos en junio en Rosario, cuando vino a dictar talleres de dramaturgia y actuación”, rememora Roczniak. “Nos dijo que eligió contar la historia de esta muchacha a partir de los libros y valora que sea tomada por nuevos elencos porque cada uno aporta su propia mirada a la problemática de la mujer, del poder, de la familia, del dinero”, agrega y Sánchez subraya: “Arístides es muy generoso con sus saberes, así que intercambiamos criterios. Tuvimos la posibilidad de compartir, es un maestro”.

Ficha técnica

Dramaturgia: Arístides Vargas

Dirección y puesta en escena: Mariana Sánchez y Alesandra Roczniak

Actúan: Susana Colosimo, Lucía Prado, Sandra Mesa, Aníbal Vescovo, Ariel Kalainis y Javier Ojeda

Edición de audio: Sergio Aquilano

Vestuario: Denisse Spinelli

Maquillaje: Mariana Sánchez

Fotografía: Daniel Carballido

Prensa: Alicia Salinas