Durante el último gobierno de facto quedaron truncas miles de historias, entre ellas la de Rodolfo Walsh. No sólo su historia personal y política sino también su obra literaria. Los días previos a su secuestro y desaparición, el escritor y periodista acababa de terminar su cuento "Juan se iba por el río". El manuscrito, al igual que su cuerpo, nunca fue encontrado. Las únicas dos personas que habían llegado a leer el relato, Lila Ferreyra y Martín Gras, se encargaron de mantenerlo vivo. 

"Juan Antonio lo llamó su madre. Duda era su apellido. Su mejor amigo, Ansina, y su mujer, Teresa". Así empezaba la historia que fue reconstruida y reescrita colectivamente por quienes asistieron al taller coordinado por el Colectivo La Muchedumbre. El próximo 27 de agosto a las 19 horas en el tradicional Teatro Vigil (Alem 3086) los protagonistas presentarán su obra, "El común oficio de escribir.  Rodolfo Walsh y las derivas de un cuento aparecido". La entrada es gratuita, por orden de llegada, y con cupo limitado.

Gomera, Antiparra, Ficción, Brócoli y Picante, los asistentes del taller y narradores del cuento, trabajaron durante ocho encuentros, bajo la coordinación de Amalia Prado, Darío Alejandro Crosa, María Antonela Pierotti y Tania Scaglione. Amparados por la Biblioteca Popular y sitio de memoria Constancio C. Vigil, lograron sortear las dificultades de la pandemia y condensar su obra en un libro. La convocatoria, en febrero del 2020, fue abierta y el flyer decía: "Destinado a público general. Sin necesidad de conocimientos previos". 

Tati Scaglione contó a RosarioPlus.com que lograron llevar adelante el proyecto "con la convicción de que esta es el modo de que la memoria se mantenga viva y activa". "Pudimos impulsar algo tan irrespetuoso como reescribir un cuento desaparecido de un periodista como lo fue él y con la admiración que le tenemos", argumentó.

Desde el Colectivo consideran que este taller "es un acto político, artístico y comunitario". "Esta versión buscó construir lazos en un espacio que está recuperando, de manera reinventada, los deseos de quienes levantaron sus paredes hace más de cincuenta años", escribieron en la primera parte de "El común oficio de escribir".

Un grupo de rosarinos reescribió un cuento desaparecido de Rodolfo Walsh

Scaglione señaló que desde un primer momento se apuntó a un relato colectivo y no a la escritura de un cuento por cada asistente, sin embargo hubo varios reajustes en el camino. Primero la búsqueda partió de la unificación de esta cinco voces en el cuento y luego descubrieron que era un objetivo muy difícil. "Releyendo y dándole vueltas nos dimos cuenta que lo que tenía de valioso el cuento es que al ser muchas voces se empezaban a generar fugas de la historia que están buenísimas", detalló.

Una de las premisas era precisamente no emular a Rodolfo Walsh, sino escribir como "escribimos nosotros hoy en día". Aunque en el camino realizaron una serie de ejercicios lúdicos para sumergirse en la época, en la rutina del escritor y también desacralizar su figura. 

"Un día, por ejemplo, fuimos con ropa de las décadas en las que vivió Rodolfo Walsh. Todos vestidos, hicimos un calentamiento con entrar en contacto con el vestuario, con qué nos transmitían las texturas. Otro día hicimos una playlists colaborativa de música que escuchaba en distintas instancias. Fueron muchos ejercicios en ese sentido", pormenorizó una de las coordinadoras.

Además de la versión rosarina de "Juan se iba por el río", el libro especifica cada paso del proceso creativo para todos los que estén interesados. Tanto los asistentes del taller como sus coordinadores, dejaron su huella.

"El objetivo es lograr que existan réplicas del taller, que sirvan de inspiraciones, que existan la mayor cantidad de reescrituras de 'Juan se iba por el río' posibles. Hicieron desaparecer a una persona y la multiplicaron. Que existan la mayor cantidad posible de reescrituras de este cuento, eso buscamos", sentenció Scaglione a este medio. 

Parafraseando al autor de "El violento arte de escribir", el Colectivo la Muchedumbre utilizó la palabra común para el título de su libro. En búsqueda de lo común y de lo comunitario, atravesados por la pandemia que obligó al aislamiento y la soledad, este grupo de rosarinos construyó un espacio que fue "un acto de resistencia en sí mismo".