Lucy, una piba del conurbano bonaerense, vende estampitas en un colectivo. Un día de esos en algún sitio de Buenos Aires, inmersa en su cotidianeidad, nos cuenta momentos de su vida atravesados por la angustia, la violencia y el deseo, incluyendo historias de abusos y desesperación. Y en ese marco de incomprensión, “como una plegaria”, va buscando el sentido de la vida y el amor.

Por suerte la música es su refugio y Madonna la acompaña en esta desesperada travesía. La gran cantante pop con sus melodías y letras, por momentos potentes y explosivas y por momentos melancólicas y reflexivas, la ayudan a comprender un poco más de qué se trata vivir.

Con la metáfora de los santitos de papel que son su sustento, Lucy se dirime entre la “chica material” que la sociedad impone, y el lado espiritual en forma de plegarias para llegar a ser tan pop como su ídola, aunque en el fondo sólo quiera ser feliz.

Un grandioso trabajo de la multifacética actriz en un unipersonal que logra mantener la atención todo el tiempo en un despliegue escénico único, con luces y sonidos sutilmente perfectos.

Emilia Mazer con una exponencial preparación física, compone un personaje entrañable que obliga a los espectadores a acompañar con emoción la búsqueda de la adolescente, reflexionando también sobre la sociedad en que nos encontramos.

Buscando a Madonna se puede ver en el Teatro Empleados de Comercio (Corrientes 450) el próximo 1 y 2 de junio a las 21.