En el marco del aniversario del Día del Veterano y de los Caídos en la guerra de Malvinas, este viernes a las 14 hay cita en el cine Nuevo Monumental en una jornada para recordar y conmemorar a los héroes del Atlántico Sur, y la entrada es un alimento no perecedero.

La película Un encuentro con Malvinas es protagonizada por el reconocido actor Pablo Rago, la pequeña actriz Sofía Rivera, junto a los ex combatientes Eduardo José Armúa, Claudino Chamorro, Omar Debenedetto, Raúl Gómez, Rubén Rada y Víctor Hugo Ramos. También se reproducirá este jueves 1° de abril en el Anfiteatro Municipal Humberto de Nito, en la tradicional Vigilia a la jornada de conmemoración, pero este evento tiene las entradas ya agotadas.

Un encuentro con Malvinas es un documental que narra la historia de una niña de 10 años, quien debe escribir como tarea escolar una carta a un veterano de la Guerra de Malvinas. Su padre mientras la ayuda recuerda que al momento de la guerra en 1982, él tenía su misma edad, y en su escuela escribían a los soldados para tratar de animarlos.

Es así que se compromete a llevar la carta de su hija al centro de Veteranos de Malvinas, y allí conocerá a un grupo de ex combatientes de Rosario, quienes le brindarán sus testimonios de lo sucedido en el conflicto. 

Toda la filmación transcurre en Rosario. Los escenarios son el Centro de ex Combatientes, y el Monumento a los caídos de Malvinas. Entre los ex combatientes que cuentan su historia, se encuentran Eduardo José Armúa, Claudino Chamorro, Omar Debenedetto, Raúl Gómez, Rubén Rada y Víctor Hugo Ramos. 

María Fernanda Moreno, cineasta rosarina, comunicadora (UNR) y locutora (ISET 18), es la directora de este documental, y en diálogo con este medio ahondó en la cocina de esta producción rosarina, que este miércoles fue declarada de interés por el Concejo de Rosario.

—¿Cómo surgió el argumento de cruzar la historia presente de una niña con la de su padre cuando tenía su edad, para acercarnos a la historia de los ex combatientes?

—Traté de hacer una mirada generacional del asunto, visualizar como una nena actúa ante el tema de la guerra de Malvinas, la crítica a lo que se sabe hoy, que no está en los libros. Y justamente el padre al recordar, él también tenía 10 años y poco se sabía.

Es convocar a un proceso interno de qué hicimos en este tiempo que nos hicimos grandes, qué hizo cada uno con esta historia, que todos estos años tiene una deuda social con ellos sin dudas.

—Las historias son relatadas por ex soldados rosarinos. ¿Cuándo y cómo se pudo realizar la filmación, dado este marco de pandemia?

—El rodaje lo realizamos en junio de 2019, pensábamos que la podíamos terminar y exhibir en abril de 2020, y nos sorprendió la pandemia. El proyecto se dilató como muchos. Es una producción a pulmón, hecha toda en Rosario. Pablo vino especialmente a grabar.

A los ex combatientes de Rosario les gustó mucho la idea cuando les propuse hacer la película. Armé un grupo representativo de soldados que han estado en diferentes posiciones: uno en el Crucero Belgrano, otro en la aviación, otro en primera línea, otro en la atención de los heridos, etc. para conocer las diversas visiones de esa misma guerra.

—Sobre la elección de los dos actores para la parte más ficcional, el padre y la niña: ¿por qué pensaste en Rago?¿Y cómo elegiste a la niña?

—No soy de ficcionar todo, es más fuerte en este caso el relato testimonial. Y los ex combatientes son ellos mismos porque ¿cómo ficcionar un relato de guerra con historias tan fuertes? Rago actúa de sí mismo, y hace comentarios reales de su vida en esa época de niño. Fue un diálogo espontáneo el que tuvo con los ex combatientes para que sea real.

Pensé en Pablo Rago porque en mi película anterior “Historia de un emblema nacional” él se puso el traje de Belgrano en Rosario (ya lo había hecho antes en una producción de Juan José Campanella). En una parte de esta, los veteranos contaban su reseña de la bandera que estuvo en Malvinas y se exhibe en el Monumento, y vi que se generó una buena onda entre él y los ex combatientes. Me pareció la persona indicada.

La niña es mi hija, Sofía Rivera, y para ella la escena es muy potable porque realiza la tarea escolar, algo que le es cotidiano, aunque ella también está acostumbrada a los micrófonos, los estudios de grabación porque también soy locutora, y es un ámbito para ella muy natural. Sabe manejarse y le es muy habitual actuar en cámara o micrófonos.