Charo Bogarín se presentará junto a su banda este martes en la plaza Próspero Molina como parte de la programación de la cuarta luna del Festival de Cosquín donde presentará parte de su espectáculo “Un Canto de Raíz”, en donde expondrá su voz de matices líricos e indígenas, sobre ritmos variados del continente como la cumbia, el malambo, la chacarera y los sones llaneros. También hará un breve recorrido por “Legado”, su obra homenaje a Mercedes Sosa, donde fusiona el folclore con la música electrónica.

De sangre guaraní, La Charo homenajea a las mujeres de la tierra, mujeres comprometidas con su territorio, con sus orígenes y su identidad pluricultural; mujeres empoderadas, mujeres valerosas. Su espectáculo integra sonido, imagen, escenografía y vestuarios, uniendo pasado y presente en un mismo espacio.

La formación de esta velada contará con tiene invitados especiales como Franco Luciani, Sonia Álvarez y Juan Palomino. En cuanto al repertorio, adelantó a Rosarioplus.com: “Estrené canciones durante la pandemia, algunas están producidas por Lucio Mantel y siguen ahondando mi canto a Latinoamérica; investigando los ritmos más profundos de nuestros países, donde aparece lo afro y lo indígena. También la cumbia. Habrá estrenos de temas que aún no están editados, por ejemplo, en la apertura”.

- ¿Qué es lo que te impulsa a estar siempre indagando en cosas nuevas, buscando otros matices musicales?

- Creo que la curiosidad es lo que nos mueve a los artistas, y en mi caso salir constantemente de la zona de confort. Prefiero estar en un escenario con el riesgo de estrenar canciones nuevas -que no las saben cantar todos o que no las conocen-, pero siempre estar poniendo en valor mi rol como mujer compositora, cantautora, que investiga los ritmos y que trata de hacer propuestas acorde a los tiempos que vivimos para no estar siempre en -no quiero decir estancados en el pasado, porque uno abreva en las raíces y tiene presente la memoria- pero como artistas necesitamos hacer propuestas artísticas, estéticas, musicales que tengan que ver con estos tiempos. Me mueve la inquietud de estar proponiendo una música, un arte, que tenga que ver con estos tiempos.

- ¿Qué opinión tenés sobre los festivales? ¿No sentís que son un fenómeno de otro tiempo y otra cosmovisión del mundo?

- Creo que los festivales siguen siendo un espacio necesario para congregar gente y para mezclar nuevas propuestas con propuestas ya consagradas. Puede ser que la pandemia, el encierro, la exaltación de las nuevas tecnologías y de que la música se consume de otra manera -ya no es necesario comprar un disco sino a través de una aplicación de un celular podés escuchar toda la música que quieras sin tener que escuchar a un autor y sus doce canciones-. Eso quizás sí se traslade en un futuro a los formatos de festivales, no creo que desaparezcan, sino que se vayan aggiornado a los tiempos que corren. Siempre hay una necesidad de cortar tickets entonces es lógico cómo se arman las grillas, y se mechan con artistas nuevos. Cosquín tiene una lógica de menos, es más, entonces por noche hay menos artistas, pero cada artista tiene más tiempo para mostrar su propuesta.

- ¿Y el lugar de las mujeres en esos espacios?

- En los festivales, se está tratando de modificar con la ley de cupo femenino es que haya una equidad de propuestas femeninas, masculinas y no binarias que estén arriba del escenario que tengan las mismas oportunidades. Pasa que los productores tienen que ponerse a investigar un poquito más.

- ¿Cosquín no debería replantearse hacia las nuevas tecnologías como parte del festival para atraer otros públicos?

- También depende de los festivales, no se puede comparar los interactivos que apuntan a un público que tiene menos de 40 o de 30 años que manejan la tecnología de otra manera, a las tradiciones que apuntan en realidad a las personas más adultas. Creo que el formato de festival depende del target o segmento destinado. Claramente el folclore es tradicional, convoca personas, familias o gente mayor. Y todavía falta que las nuevas generaciones de hoy se conviertan en las tradiciones, y ahí podrás llevar toda la interacción. Aparte de lo que cuesta hacer un festival interactivo.

Aquí en Cosquín está la plaza Próspero Molina, y paralelamente hay escenarios callejeros que son montados, donde se están presentando otras propuestas. Son tiempos difíciles, estamos saliendo de una pandemia y reactivar todo cuesta mucho, como vender tickets. Vamos a ver cómo sigue todo esto, y como seguimos readaptándonos a esta nueva normalidad, y a este nuevo modo de vida que nos ha impuesto el coronavirus.

- Sos desde hace algunas ediciones jurado del Pre Cosquín ¿Cómo vivís esa experiencia y que tipo de propuestas se presentaron?

- Hubo muchísima gente en la final que tuvimos el 17 y el 18. De a poco, lo que hay que incentivar en realidad es que la gente venga durante el Pre-Cosquín porque es donde se están viendo todos los nuevos valores, luego las nueve lunas del festival tradicional por supuesto que la grilla es más convencional, para vender tickets. Hay que enterar a la gente que el verdadero mapa musical de nuestro país está durante el Pre-Cosquín. Estadísticamente es impresionante, pasaron por el escenario más de 6.000 personas músicas y bailarines con su equipo. Evaluamos 140 propuestas finalistas. Ha venido creciendo mucho el público, las propuestas en general son de gran jerarquía, mucho talento joven.

Caña y Tambor