En la zona sudoeste de Rosario, en el triángulo que delimita la Avenida Circunvalación con las avenidas Uriburu y Avellaneda, está el Barrio La Cariñosa, pegado a Tío Rolo y a Vía Honda.  Con el correr de los años allí fueron llegando familias que empezaron a levantar las primeras casas al costado de la vía y hoy son muchas más las viviendas de material que las de chapa.

En el barrio hay almacenes, algún kiosco y varias piletas de plástico en los patios, sobre la tierra. Ninguna está del todo llena, porque el agua no abunda. Hay también una canchita de fútbol, en la que no se puede jugar de noche, porque le falta iluminación. Estos son algunos de los problemas de fondo que apuntan a resolver los vecinos, una vez que puedan ganarle a la orden de desalojo que enfrentan por decisión de la Justicia provincial. Cabe recordar que los terrenos están en litigio con un empresario, que compró el predio al Estado con la gente adentro. Según explica la subsecretaria de Hábitat del municipio, en este período se apuntará a coordinar con provincia y Nación la ejecución de obras que mejoren la calidad de vida, en el marco de un plan de trabajo sobre los 112 asentamientos irregulares que reconoció el último censo de barrios populares que se hizo en la ciudad. Hoy, si bien no hay datos oficiales, serían más de 500 las familias que viven en La Cariñosa, que sueñan con una vivienda digna. 

Rosarioplus.com y Sí 98.9 habían estado la semana pasada con los vecinos, para conocer su historia y acompañarlos hasta Tribunales, en la audiencia en la que se consiguió el impasse de 180 días. De nuevo en el barrio, la que habló fue María: “Ahora que conseguimos que por seis meses se postergue la orden de desalojo que había dado la Justicia, es muy bueno que vengan las autoridades. Pero sería importante también que se puedan solucionar los problemas que tenemos desde siempre, como la falta de agua, o la iluminación. Acá una vez se hizo un mejorado de pavimento, pero no mucho más. Yo hace muy poco perdí un embarazo, por ejemplo. Y cuando llamé a la ambulancia no quiso venir, tuvo que venir mi marido del trabajo a llevarme que me atiendan. Con lo de la pandemia pasa igual, llamás y no entran acá”.

Otra de las mujeres del barrio es Mirta, que vive en la zona desde 1996. “Cuando yo me vine acá, era todo casi como un baldío. La avenida Uriburu estaba, pero el resto era todo camino de tierra y nosotros nos quedamos, como muchas familias. Mi hijo, que ahora tiene 25, tenía un año. Ahora lo más urgente es que no se haga el desalojo”, agregó.

Casi a coro, un grupo de mujeres contó por su parte: "Los varones están trabajando y haciendo changas. No está fácil, pero hacemos lo que podemos. Los que no tienen un trabajo estable, se la arreglan cartoneando. Mi hermano, por ejemplo, está en una panadería. Y el problema que tiene es que de noche cuando entra, a las doce, tiene que irse en un remise que es siempre el mismo y ya lo conoce, porque si llamás a otro, ni viene. Si tuviéramos luz de noche, sería mejor”.

Con el tema instalado en la agenda pública, este martes la diputada provincial Lionela Cattalini visitó La Cariñosa. Junto a ella estuvo el director del Distrito Sudoeste, Juan Manuel Ferrer. Otras voces que se acercarib a este conflicto son las de Nire Roldán, de la Concejalía Popular, y el legislador Carlos del Frade. El intendente Pablo Javkin había dicho la semana pasada a Sí 98.9 que luego de haberse conseguido el plazo de 180 días, se iba a trabajar con los vecinos en la búsqueda de soluciones. 

La voz del municipio

Josefina del Río, subsecretaria de Hábitat de la Municipalidad, fue consultada por este medio sobre este tema: “Lo primero que hay que decir es que en 2017 se hizo un censo a nivel nacional por parte del Registro Nacional de Barrios Populares (Renabap) y verificó 112 asentamientos irregulares en Rosario. Y en ese mapa oficial figura La Cariñosa, que tiene unos 40 años de historia, como explican los vecinos. Al estar en ese listado, las tierras en litigio quedan sujetas a expropiación, lo cual desde el punto de vista legal da fortaleza al reclamo de las familias. Respecto a las obras que se deben hacer para mejorar la calidad de vida, es más complejo. Porque para que el Estado en sus distintos niveles pueda intervenir, hay varios factores".

"Por ejemplo, si las viviendas están cerca de una vía, las obras de cloacas o agua son más complicadas. No obstante, estamos trabajando con Provincia para llevar un tanque comunitario, que es el reclamo más urgente en la zona norte de La Cariñosa, la que está llegando a Uriburu. Y hemos presentado una propuesta a la EPE para que se instale en la zona una estación de media tensión. Hay un buen nivel de organización entre quienes viven en el barrio y eso siempre ayuda”, resumió.