Partido chivo en Belo Horizonte que Rosario Central logró empatar aunque rápidamente Atlético Mineiro se le puso 2 a 1. En la última jugada del partido hubo una acción en la que todos coinciden que fue penal, excepto el árbitro y el VAR.

En tiempo adicionado Facundo Mallo saltó a cabecear en el área rival y recibió un golpe en la cara con el codo rival que finalmente ganó la pelota. El árbitro peruano Kevin Ortega no lo vio y desde el VAR nunca lo llamaron. El único fundamento podría ser que el jugador del Mineiro haya ido en disputa y no haya tenido intenciones de golpear al rival. 

“Me pareció penal pero no hablo de los árbitros”, dijo Miguel Ángel Russo en conferencia de prensa, pero la calentura va por dentro. 

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