Rosario Central ganó un partido no apto para cardíacos en su cancha ante Patronato. Para la alegría de su gente, el Canalla reaccionó a tiempo, lo dio vuelta, y lo ganó en el final 3 a 2 con un golazo de Vecchio, que ingresó y le cambió la cara al equipo.

El Canalla entró al encuentro con actitud, impulsado por la gente, y además, arrancó con el pie derecho. Antes de los primeros cinco, de rebote después de un remate de Covea, Ruben fue más rápido que todos y empujó para poner el 1 a 0.

Después del gol, el equipo del Kily tuvo buenos minutos dominando, aunque poco a poco fue bajando su intensidad.

Los últimos quince de la primera parte, el conjunto de Arroyito volvió a dominar, se hizo dueño de la pelota, volvió a presionar arriba, y creó varias chances para estirar el resultado. Ruben contó con dos chances más: un mano a mano que Ibáñez tapó bárbaro, y la otra, más clara, en la que después de una gran jugada personal de Covea en la que dejó a dos defensores en el piso, y se la pasó, el goleador se tomó un tiempo más y definió muy encima del arquero del visitante, que lo llegó a atorar.

Marinelli también tuvo un mano a mano, después de recuperar por velocidad, definió de punta, pero llegó justo al choque con Ibáñez, que volvió a rechazar.

A falta de un minuto para el entretiempo, y cuando Central mejor jugaba y más merecía, Patronato encontró un hueco en la defensa canalla, metió un centro al área, y el 9, Sebastián Sánchez, metió un cabezazo al ángulo para empatar el encuentro.

El segundo tiempo comenzó con un Central dormido por el empate en el momento que menos lo esperaba, pero con el ingreso de Vecchio, el Canalla comenzó a jugar otra vez, y metió a Patronato abajo de su arco.

Otra vez, cuando más lo merecía, y después de desaprovechar muchas chances en el área rival, en una mala salida de Broun, Patronato encontró la rotura del empate a los 77, con otro de su delantero, Sebastian Sánchez.

Partido con viento en contra para los del Kily, que no podían reaccionar después del cachetazo del gol de la visita.

Central comenzó a presionar nuevamente, pero los ataques morían en centros al área, a los que nadie llegaba.

Cuando la gente ya apuraba y los rosarinos no hacían pie en el Gigante, apareció Pupi Ferreyra, que por el segundo palo llegó y empujó un gran centro de Lucas Gamba, otro que volvía de su lesión. Pupi empató y se sacó la mufa, a falta de cinco para el final.

Cuando el partido terminaba, y los canallas se quedaban con un empate agridulce apareció el Diez, el gran salvador. Gran jugada individual de Lucas Gamba, que encontró a Vecchio, quien en una exquisita definición, la puso al lado del palo y le dio tres puntos vitales a los del Kily, que respira tranquilo.