Germán Burgos no pudo cambiar la dirección de un Newell's Old Boys que venía en caída libre luego del parate por la pandemia del coronavirus en marzo de 2020. Tras los malos resultados en la Copa Diego Maradona y el inicio de la Copa de la Liga, que derivó en la salida de Frank Kudelka, el Mono no pudo evitar la crisis de un equipo que lleva varios meses sin demostrar actitud ni jerarquía.

Sin embargo, a partir del 8 de junio, cuando arranque la pretemporada, el club del Parque Independencia deberá dejar atrás su presente quebrado y proyectar el futuro inmediato (si es que lo ratifican en el cargo).

Con o sin Burgos, Newell's tiene que planificar los próximos seis meses teniendo en cuenta el plantel que queda y la renovación o no algunos históricos. La primera, y tal vez más importante, decisión estará a cargo del capitán rojinegro. El contrato de Maxi Rodríguez vence a mediados de junio y la Fiera tiene que elegir si seguir o colgar los botines. La renovación o no del ídolo leproso condicionará otras negociaciones que se darán en las próximas semanas, como la extensión de los compromisos de Pablo Pérez y Mauro Formica.

En tanto, los que tienen casi segura su partida, más allá del DT de turno, son el zaguero Santiago Gentiletti, que casi deja la Lepra hace un año, y el lateral izquierdo Matías Orihuela.

El resto del plantel se mantendría, sin contar a posibles ventas (en este contexto se ve complicado) o rescisiones de contratos.

Asimismo, se podrían considerar como refuerzos la recuperación de algunos lesionados, como Franco Escobar y Francisco González.

Por último, si se quiere destacar un aspecto positivo de los partidos que dirigió Germán Burgos, la inclusión de juveniles en el primer equipo, con algunas apariciones importantes dentro del caos, da esperanza a la renovación un plantel que llegó a un límite y debe volver a tomar el camino que no hace mucho tenía.