"Matar o morir". Así de directa e intimidatoria ardía la frase sobre el alambrado de la popular leprosa cuando los jugadores de Newell's salían al campo en el banderazo previo al clásico rosarino. Este es uno de los mensajes que han abundado en los últimos años y se han naturalizado al punto que muchos lo reducen a simples cuestiones futbolísticas.

Desde la ONG Salvemos al fútbol, el ex juez Mariano Bergés entiende que es un tema “muy serio que no puede pasar desapercibido”. Pero gran parte de hinchas y dirigentes lo minimizan y consideran se trata de un mensaje más, que se limita a una arenga deportiva, al menos así lo demostraron en la cancha de Newell’s pos banderazo.

Hechos violentos y cánticos agresivos se repiten y se incorporan, de esta manera liviana, a la rutina. “El gran problema es que nos acostumbramos”, afirma a Bergés, en diálogo con Rosarioplus, lo que da pie para repasar los últimos hechos violentos, los cuales provienen de ambos bandos. 

Hace unas semanas dio vueltas cerca del Parque un volante que amenazaba (palabras más, palabras menos: “O corren en la 12 o en la 13 corre sangre”, en referencia al clásico a disputarse en la fecha 12 del torneo. En julio de 2015, el frente de la casa de la abuela de Maxi Rodríguez amaneció con la pintada "El clásico o balas". Dos meses después, en la misma fachada se clavaron tres balazos.

Este viernes a la madrugada atacaron la subsede de Rosario Central "El Clubcito", ubicada a cien metros del Gigante de Arroyito: colocaron cubiertas encendidas sobre el frente para estropear las paredes.  

Pero la cuestión no es si es efectivamente algún día matan a algún jugador, dice Bergés, porque “por más que luego ocurra o no, la amenaza no deja de ser intimidante”. El problema tiene un marco complejo, que atraviesa en forma transversal a la sociedad, y se nutre de los niveles de aceptación de violencia. “Estas cosas pasan constantemente en la sociedad, como pasó el otro día con la tragedia en la fiesta electrónica, pero el punto es que no nos podemos hacer los distraídos”, remarcó.

En esta línea, apunta a las responsabilidades. Aclara que no es la misma responsabilidad la de un hincha que acepta como propio del folclore el cartel "Matar o morir", que la del periodismo que toca el tema, la del barra que colgó el cartel o la del Estado que es el encargado de intervenir en las cuestiones de la sociedad civil.

“El Estado debe intervenir porque tiene una estructura preparada para eso. Hay personal que cobra para prevenir, que trabaja, que se organiza, que está para eso. Entonces no puede no intervenir en la violencia”, afirmó Bergés.