Por Nicolás Lovaisa

Un arquero con un largo recorrido en Europa pero casi sin partidos en la élite: apenas 45 entre la Primera División de Inglaterra y la Primera División de España, entre 2011 y 2020. Fue convocado mientras estaba en el ascenso inglés.

Un lateral derecho que no pudo afianzarse en Boca, probó suerte en Defensa y Justicia y Central y logró afianzarse en Udinese. El cuerpo técnico confió en él antes de que pegara el salto al Atlético de Madrid.

Un central con buen paso por Belgrano y el Genoa, por el que el cuerpo técnico apostó cuando estaba en Atalanta, antes de escalar al Tottenham, en la Premier League.

Un volante que nació como enganche en Racing, pasó por Valencia y se convirtió en un jugador más completo, más comprometido en la marca y con un despliegue físico descomunal en el Udinese. Tenía 24 años, pero nunca había sido citado a la Selección. Hasta que lo llamaron, antes de su transferencia al Atlético de Madrid.

Otro mediocampista, de gran rendimiento en Argentinos y fugaz paso por Boca, donde fue citado mientras intentaba consolidarse, antes de marcharse a un equipo que no está entre los más importantes de la Premier League.

No es difícil saber de quiénes se trata: Emiliano "Dibu" Martínez, Nahuel Molina, Cristian "Cuti" Romero, Rodrigo De Paul y Aléxis Mac Allister. Cinco futbolistas que fueron titulares en la Selección que logró la Copa del Mundo luego de 36 años, y que no estaban, ni por asomo, en la élite del fútbol mundial cuando Lionel Scaloni se puso al frente del combinado nacional. Un cuerpo técnico que lideró un recambio generacional importante, potenció a futbolistas que no estaban en los equipos más poderosos del planeta y, aun así, se quedó con la gloria.

A esa lista uno podría sumar a Leandro Paredes, vértice del equipo hasta esta Copa del Mundo donde perdió el puesto a manos de Enzo Fernández, a quien Scaloni convocó mientras estaba en River y no dudó en darle la titularidad en este torneo. En total, 13 de los 26 futbolistas que estuvieron en Qatar recibieron su primera convocatoria durante la gestión de Scaloni. Y sólo siete habían jugado una Copa del Mundo antes de Qatar.

El mérito de Scaloni, cuestionado desde el minuto cero por un enorme sector del periodismo, es haber potenciado un plantel que en el que, a priori, contaba con menos materia prima en comparación con otros entrenadores. Y de haber logrado que Messi mostrara su mejor versión con la celeste y blanca, aun cuando le tocó dirigirlo en el tramo final de su carrera.

Eso, al margen del buen armado de un grupo, de contagiar esa personalidad que salió a flote en los peores momentos y de la inteligencia para plantear partidos distintos, según el rival. ¿A qué juega Argentina? Y la pregunta no es un cuestionamiento, sino un elogio. Es una selección que a veces elige presionar arriba y en otras esperar bien agrupado atrás. Que a veces disputa la posesión de la pelota y, otras veces, se la da al rival para golpear de contra. Que puede jugar con un 4-3-3, con un 4-4-2 o con un 5-3-2. Un equipo inteligente, que no tiene miedo en ir a buscar a un rival más quizás más fuerte si cree que puede lastimarlo (como en la final ante Francia) pero tampoco tiene vergüenza de defenderse si el trámite de un encuentro lo amerita. Un equipo que sabe dominar, pero también sabe cómo sobrellevar esos momentos en los que el rival es más.

Los técnicos antes de Scaloni

Un simple repaso: en 1994 había un grupo de futbolistas muy jóvenes, que habían desembarcado en Europa en un momento en el que las transferencias eran mucho menos habituales (la famosa Ley Bosman llegó recién a fines de 1995). Estaban, entre otros, Fernando Redondo (25 años), Claudio Caniggia (27), Fernando Cáceres (25), Diego Simeone (24), Gabriel Batistuta (25) y Ariel Ortega (20), comandados por dos hombres de mil batallas: Diego Maradona (33) y Oscar Ruggeri (32). Esa Selección de Alfio Basile, que había ganado las Copas América de 1991 y 1993, pasó la primera fase y quedó eliminada en octavos, a manos de Rumania, tras el durísimo golpe que significó la suspensión por doping de Maradona.

En 1998, a Francia, viajaron un Batistuta ya consagrado como uno de los mejores delanteros del mundo, junto a Simeone, Ortega, Roberto Ayala, Juan Sebastián Verón, Javier Zanetti, Hernán Crespo y Matías Almeyda, todos de enorme presente en las ligas de Italia (un torneo más poderoso en ese momento que ahora) y España. Pasó cómodamente la fase de grupos, superó a Inglaterra por penales y quedó afuera con aquel recordado gol de Dennis Bergkamp.

En 2002, a esos nombres de 1998 se sumaron Walter Samuel, Juan Pablo Sorín y Pablo Aimar, parte de esa generación de jóvenes que había alumbrado José Pekerman. El equipo había arrasado en las Eliminatorias, pero llegó tocado físicamente al Mundial, donde siquiera pudo pasar la primera fase tras ganarle a Nigeria, perder con Inglaterra y empatar con Suecia.

En 2006 continuaron Ayala, Sorín, Samuel y Aimar y se sumaron Esteban Cambiasso (en el Inter), Gabriel Heinze (Manchester United), Javier Mascherano, Javier Saviola, Juan Román Riquelme, Carlos Tevez, Maximiliano Rodríguez y un muy joven Lionel Messi. Pasó la fase de grupos de manera holgada, eliminó a México en octavos y en cuartos se cruzó con Alemania, que lo dejó afuera por penales.

En 2010, en una selección ya liderada por un Messi intratable en Barcelona, estuvieron Heinze, Samuel (Inter), Tevez (Manchester City), Mascherano (Liverpool), Maxi Rodríguez (Liverpool), Martín Demichelis (Bayern Múnich), Diego Milito (Inter) y Sergio Agüero (Atlético de Madrid). Tambíén un joven Nicolás Otamendi, en ese momento en Vélez. Ganó los tres partidos de fase de grupos, pero no fue rival para una Alemania que lo eliminó por goleada en octavos y luego se consagró campeón.

En 2014 el equipo de Sabella llegó a la final, donde no pudo con Alemania. Allí estaban Messi (Barcelona), Di María (Real Madrid), Mascherano (Barcelona), Demichelis (Manchester City), Agüero (Manchester City), Ezequiel Lavezzi (PSG) y Gonzalo Higuaín (Nápoli), entre otros.

En 2018 repitieron Messi (Barcelona), Di María (PSG), Mascherano (aunque ya en China), Higuaín (Juventus), Agüero (Manchester City) y se sumaron Otamendi (Manchester City), Federico Fazio (Roma), Marcos Rojo (Manchester United), Giovani Lo Celso (PSG) y Paulo Dybala (Juventus).