El fútbol es el deporte más popular de Argentina y de toda Latinoamérica. En cada barrio del país hay una cancha para que grandes y chicos se diviertan jugando "un picadito". Pero, además, hay quienes ven en este deporte la excusa para encontrarse y pensar a través de él cómo transformar la realidad de los barrios que habitan.

Este es el caso de Villa Zavaleta, Buenos Aires, que hizo de sus rondas de fútbol la organización La Poderosa, que el pasado fin de semana celebró su crecimiento con un Foro Latinoamericano desarrollado en Porto Alegre, Brasil. El encuentro de tres días tuvo como cierre el Torneo Copa Resistidores de América, en el que participaron las 96 asambleas barriales de todo el país (también con una de Uruguay y otra de Brasil) que hoy conforman la agrupación.

La apertura del torneo estuvo a cargo de Fidel Ruiz, uno de los niños que hace 14 años arrancó jugando a la pelota en aquel asentamiento de la capital federal, entre los barrios de Barracas y Nueva Pompeya, y que hoy es referente de deportes a nivel nacional de la agrupación. 

"Las rondas de fútbol popular con las que arrancó La Poderosa eran rondas en las que se debatía por el acceso a la tierra, porque veíamos cómo se nos hacían mierda las casas, y pensábamos en un dispositivo de control popular a las fuerzas de seguridad porque veíamos cómo nos cagaban a palos. Esas rondas se transformaron en nuestras asambleas", relató.

"«¿Cómo van a transformar la realidad si apenas tienen una pelota?», nos decían, y si hubiésemos hecho caso a eso hoy no estaríamos aquí", añadió con la risa cómplice de más de cientos de personas que apuntaban botines y camisetas para arrancar a jugar.

Ahí, a miles de kilómetros de dónde arrancaron, se replicaba un espacio de debate y de acción: "Entendimos que teníamos que estar acá. Porque esto no podía quedar en una villa de Buenos Aires, ni en los barrios de las provincias de Argentina, sino que tenía que estar en toda Latinoamérica. ¿Por qué? Porque nuestros barrios están conformados por todas estas colectividades", manifestó.

En esta misma línea, Ruiz señaló: "Se parte de la idea de que el deporte no es sólo un juego, sino un espacio de educación y de cultura popular", que hermana a todo el continente porque se bautizó al torneo con el nombre de "Copa Resistidores de América. Entendiendo que esa lucha sin fronteras es el camino". 

Ya terminando su apertura el joven que hace catorce años pateaba en el potrero cuestionó la idea del futbol como una distracción para los sectores populares. "Dicen que el fútbol es el opio de los pueblos. Puede que entiendan mucho de opio, pero nunca entenderán al pueblo", disparó. 

Se lanzó la pelota, empezó el juego tras una sentencia: "Ahora la pelota la tenemos nosotros".