Pablo Gustavo Falero acaba de cumplir 54 años, pero su tema principal en estos días, con la cuota de melancolía lógica de toda despedida, será el de su retiro de las pistas: el próximo sábado correrá su última carrera en el Gran Premio Carlos Pellegrini del hipódromo de San Isidro.

El extraordinario jockey uruguayo correrá al caballo Fromm, un hijo de Treasure Beach que viene de ganar sus dos últimas carreras en el hipódromo que verá la despedida de un jinete inolvidable.

Pablo Falero fue padre a los 17 años y abuelo a los 37, y su esposa Patricia es una de las personas que más fuerza hizo para que su anunciado retiro se concretara: "Es hora de que le haga caso", dice el jockey en un bar interno del hipódromo de Palermo, en donde habló con la Agencia Télam.

Nacido en Conchillas, departamento de Colonia, el 12 de diciembre de 1966, a los 5 años ya andaba a caballo en el campo.

A los 15 ganó su primera carrera oficial y en 1987 ganó en el hipódromo montevideano de Maroñas el famoso Gran Premio Eliseo Ramírez. Y en 1991 llegó a Buenos Aires para correr en San Isidro y Palermo.

—¿Usted llegó a Buenos Aires pensando que iba a ser fácil o tenía miedo de fracasar?
—No era nada fácil. Yo venía de un hipódromo más chico como es Maroñas y acá -en San Isidro y en Palermo- estaban los mejores haras, los mejores entrenadores, los mejores caballos y los mejores jinetes. Por eso siempre me moví con respeto, de manera prudente, sabiendo que no tenía que dar ningún paso en falso.

—¿Y cómo hizo para ganar ese mismo año el Gran Premio Carlos Pellegrini?
—Lo gané con el caballo Potrillón y fue mi primer gran victoria en la Argentina. Al año siguiente lo volví a ganar con Potri Pe, una yegua muy buena, y en el año 2000 lo gané con Guarachero. Después, en 2005, tuve suerte y volví a ganarlo con Storm Mayor.

Falero habla con humildad al relatar que ganó cuatro veces el Gran Premio Carlos Pellegrini. El sello de un tipo sencillo, casi hasta tímido.

—¿Fue la combinación del entrenador Juan Carlos Maldotti y el stud Vacación lo que le dio a usted un lugar de privilegio?
—Si, con Juan Carlos Maldotti hice una dupla tremenda. Fue el entrenador con el que más carreras gané. Con la gente del Vacación todavía tengo una relación muy buena. Y cuando comience a trabajar como cuidador, voy a hacerlo con ellos. Tanto Maldotti como el haras Vacación significan mucho en mi vida de jockey.


—¿Le gustaría llegar a ser como Maldotti en el terreno de los entrenadores?
—A mí me gustaría ser como Carly Etchechoury, a quien lo quieren los jinetes, los patrones, los peones, los jockeys. Lo quieren todos y es muy respetado. Es un muchacho ejemplar.

Falero ganó más de 9.000 carreras, ganó 16 estadísticas de Palermo y San Isidro; y también 11 Olimpia de Plata, el premio que otorga el Círculo de Periodistas Deportivos.

—¿No se arrepiente de haber anunciado su retiro estando entero, en gran forma física y mental?
—No, no me arrepiento. Lo hago ahora porque los reflejos están óptimos, en su mejor momento. Es verdad que me siento estupendo, que estoy corriendo bien y que muchos colegas me han pedido que siga corriendo. Se los agradezco pero yo dije que me iba en el 2019 y acá estoy, cumpliendo la palabra.

—¿Le gusta el fútbol?
—No, no me gusta para nada.

—¿Que le gusta?
—Me gusta el turf, la familia reunida y viajar a Montevideo o a Colonia para ver a los amigos de la infancia.

—¿Cómo le gustaría ser recordado?
—Que me recuerden por lo que fui abajo del caballo. He sido muy trabajador y hombre de una sola palabra.

—Un grande del turf argentino como Jorge Valdivieso dijo que a usted nadie le regaló nada
—Lo estimo a Valdi, cuando yo llegué acá en el '91 él ya era una figura.

—¿Cree en la política?
—Creo en que hay que darle trabajo a la gente.

—¿Un ídolo?
—Dios.