La alarma por el coronavirus llegó nuevamente al estado de Victoria, en Australia, adonde se está disputando el primer Grand Slam de la temporada. Las autoridades decretaron un encierro total de cinco días al detectarse 13 contagios en el aeropuerto de Melbourne.

Hacía tres meses que el confinamiento estricto había terminado en la ciudad sede del Australian
Open, pero este viernes con la confirmación de nuevos casos positivos de Covid-19 en varias
personas alojadas en el hotel de cuarentena en el Aeropuerto Internacional Tullamarine, para tratar de contener un nuevo brote el gobierno estatal estableció severas restricciones por cinco días en la región.

Pese al anuncio que detuvo prácticamente todas las actividades, se decidió que la acción en el
Abierto de Australia seguirá adelante. Los organizadores del torneo emitieron un comunicado
anunciando que el certamen no corre peligro y continuará disputándose, pero sin público, al menos hasta el próximo jueves.

El confinamiento afectará a cinco millones de personas de la ciudad de Melbourne que
permanecerán en sus hogares a partir de la cero hora de este sábado. La medida no aplicará a los tenistas a los que se les permitirá movilizarse entre los hoteles y el estadio.

En los días que se autorizó el acceso al público, el primer Grand Slam del año acogió al 50 por ciento del aforo total establecido por protocolo, con un tope diario de 30 mil espectadores. Los aficionados pudieron concurrir respetando el distanciamiento social, sin barbijo, excepto cuando se cerró la cubierta.