Roland Garros es la “Catedral del Tenis” para los argentinos porque es el torneo más importante del mundo sobre polvo de ladrillo y la superficie que mejor les ha sentado históricamente. Una extensa nómina de representantes nacionales que pisaron el cuadro principal del clay francés incluye a jugadores rosarinos. Desde inicios de la “Era Abierta” del tenis - que comenzó tras la profesionalización del deporte de la raqueta y la unificación de los torneos- siete nacieron en Rosario y otros dos representaron a la ciudad por adopción.

El primero en pisar la pista del French Open fue Carlos Castellán quien participó en dos ediciones 1982 y 1984. En ambas alcanzó la segunda ronda. Le siguió Roberto Arguello con tres actuaciones consecutivas a partir del ´84.  En 1988 hizo su debut en tierras parisinas un rosarino por adopción, Alberto “Luli” Mancini, nacido en Misiones pero que vive en la “Cuna de la Bandera” desde los 3 años.  Luli participó de seis oportunidades seguidas, su mejor actuación fue llegar cuartos de final en el ´89.

En el 2000 accede al cuadro principal Guillermo “El Mago” Coria, nacido en Rufino pero rápidamente cobijado el Rosario. Fue el representante local que más alto llegó al certamen parisino, alcanzó la final en 2004. Estuvo presente en siete ediciones. La última fue en 2008, el mismo año que debutó Eduardo Schwank, proveniente desde la clasificación. Participó en seis oportunidades.  Mientras que en 2003 un aguerrido Mariano Delfino accedió por primera y única vez  en su carrera al main draw en el torneo de Francia.

La historia reciente trae a otros dos jugadores locales que pisaron el polvo de Roland Garros, uno de ellos el Facundo Bagnis con su primera aparición en 2011 con seis actuaciones consecutivas y la más resonante por su cercanía en el tiempo, por ser su debut y dar un batacazo ante un top ten, Renzo Olivo, quien llegó debido al ranking este año primera vez en su carrera al cuadro principal y derrotó en primera al jugador local y máximo favorito del público, Jo-Wilfried Tsonga.

La historia de los representantes locales tampoco se olvida de las única dama que hasta el momento tuvo el privilegio de estar en el Abierto francés, Viviana Locicero, nieta del maestro del Guillermo Vilas, quien según los registros hizo si primera incursión en París en el 77 cuando llegó desde la clasificación a la segunda ronda con solo 19 años. Su mejor actuación fue 1978 donde alcanzó los octavos de final.