"Creo que lo que más nos impresionó a todos de la salida de Messi del Barcelona, fue que su recorrido allí había terminado siendo casi de otro tiempo, como los de esa época romántica del fútbol en la que los jugadores hacían toda su carrera en un solo club. Resultaba insólito que el mejor del mundo fuese a terminar su carrera jugando en el club con el que había debutado, en los tiempos en los que la economía del fútbol necesita de transferencias y movimientos permanentes de dinero. Pero estaba siendo posible, hasta que nos despertaron de un cachetazo". La sentencia es de Ezequiel Fernández Moores, tal vez el periodista deportivo más lúcido de la Argentina, en diálogo con Radio Universidad de Rosario. 

En su análisis, Fernández Moores también habló sobre la situación económica del club catalán: "Barcelona ya no podía sostener a Messi. Hoy, es un club semiquebrado, a pesar de ser uno de los que tiene más ingresos en el mundo. Pero en ese nivel, si pasás tantos años sin ganar la Champions, estás en problemas. Es curioso, igualmente, que 21 años de vínculo con el club se terminen con 48 horas de negociaciones y un comunicado de pocas líneas. Pero sabemos que todo el fútbol español, excepto Barsa, Real Madrid y Athletic de Bilbao, se encolumnaron detrás de un proyecto para vender los derechos de La Liga a un fondo de inversión británico por 50 años. A su vez, hay un juicio con la UEFA por aquella idea de la Superliga, en la que también están metidos los culés. Por eso digo que acá había casi una carrera de tiburones. Y que por mucho nombre que tuviera, porque es el más grande de las últimas décadas, Messi quedó en el medio de toda este gran negocio en que se ha convertido el fútbol".

El periodista, autor de la biografía de Ringo Bonavena y cronista con varios mundiales de fútbol encima, agregó: "Si no era el Chelsea, el único lugar en el mundo al que podía llegar Messi era al PSG. Porque la liga francesa relajó todos sus controles financieros, porque el París tiene una chequera ilimitada y porque estamos en tiempos de clubes Estado. El City es de Dubai y el PSG es de Qatar, por ejemplo. Son países con dudoso historial de derechos humanos, que entre otras cosas usan el fútbol para lavar su imagen y hacer negocios desde algún otro lado. Además, en estos lugares no tienen que rendir cuentas a nadie. Son clubes en los que hay patrones y no hay socios. Y es difícil imaginar a los qataríes haciendo problemas por los gastos de la familia real en el fútbol".

Finalmente, Fernández Moores habló sobre lo que puede pasar con el PSG, con Messi, Neymar, Mbappé, Di María e Icardi, entre otras figuras: "Se supone que tendrían que dominar fácil la liga francesa. Pero el gran objetivo para ellos es la Champions. Después de todo lo que han gastado, si no se la quedan será casi un fiasco. En cuanto a Messi, en el club de los qataríes, se supone que llegará cuidado al mundial del año que viene. Que será muy extraño, jugado a fin de año y con ocho estadios en un radio de 60 kilómetros, pero es lo que la FIFA decidió, aún después del FIFA gate".