El campeón olímpico de salto en largo, el británico Greg Rutherford, congeló muestras de su esperma por temor a infectarse del zika al competir en los Juegos de Río de Janeiro 2016 y así asegurarse no correr riesgos congénitos en caso de buscar hijos.

La pareja adoptó esa decisión ante la inquietud existente a causa de la expansión del virus relacionado con graves defectos congénitos en el feto cuando es contraído por mujeres embarazadas.

El mes pasado 150 expertos firmaron una carta abierta que enviaron tanto a la Organización Mundial de la Salud (OMS) como al Comité Olímpico Internacional (COI) instando a ambos organismos a que retrasaran la fecha de la competencia deportiva o cambien la sede.

Los organizadores de los Juegos, en cambio, insistieron en que el zika representa "un riesgo muy bajo o inexistente" para los atletas y para los asistentes al evento, que se estima que rondarán los 500.000.

Rutherford, ganador del oro en los Juegos de Londres 2012, tiene un niño, Milo, con su pareja, que no viajará con él a Río de Janeiro. "Nos encantaría tener más niños y no me gustaría exponerme a una situación que podría prevenirse", argumentó Verrill.

Otros deportistas, como el ciclista Tejay van Garderen, y los golfistas Vijay Singh y Marc Leishman ya anunciaron que no participarán en los JJOO debido a los riesgos asociados con el virus.