Fueron diez minutos de reloj. Tabárez y Godín (Rosario, Uruguay, 1986), entrenador y capitán, intercambiaron ideas a ceño fruncido. Nada de jaranas. Hace casi diez años Uruguay quedó afuera del Mundial de Alemania 2006 a manos de la débil Australia. Los orientales no perdieron tiempo y convocaron al “Maestro”. Oscar Washington Tabárez asumió después de Navidad. En su primer partido, frente a Inglaterra, debutó Godín, y nunca más saldría. La situación era delicada. No había tiempo para bromas. Y nunca más lo hubo.

Ambos conocen la competencia, siempre disputaron seis partidos. Están en Chile defendiendo el título (que le ganaron a la Paraguay de Martino en Buenos Aires). Pero no se creen nada. “Vamos a enfrentar un rival dificilísimo”, advirtió Tabárez. Así también se toma a sus poderosos rivales en España el defensor Godín. “Presionar, meter, correr, eso también es jugar”, define el defensor que en la temporada que el Tata (Rosario, 1962) estuvo en Barcelona no perdió nunca contra el equipo de Messi (Rosario, 1987). Simeone no se imagina un Atlético Madrid sin él. “¿Veinte millones por Diego?, se habrán equivocado”, respondió el Cholo ante el rumor de una oferta.

Godín es maestro mayor de obra del efectivo dibujo defensivo que traza Simeone. Durante la temporada 13/14, el Atlético y el Barça se cruzaron seis veces. Empataron cuatro y los de Madrid ganaron los dos más importantes: la vuelta por Champions y el partido que definió al campeón de la Liga. Este último con gol del uruguayo.

El Maestro Tabárez estudió esos partidos y de allí armó una línea de cuatro estática (antes solía contar con jugadores de características diferentes para poder transformarse en una línea de tres) y desecha tener dos volantes externos con vocación ofensiva para contar con sólo uno. Igual que el Atlético.

A Martino, que le gusta definir sus equipos por presente futbolístico de los jugadores y estrategia del rival, no le llega el adversario más cómodo. La presencia de Godín le trae un mal recuerdo al técnico. También a Messi, porque además de ser parte de la defensa que mejor lo controla, Godín, que piensa que “no hay una fórmula para parar a Messi”, instó a que golpeasen a Messi en el muslo dónde más le dolía para poder detenerlo.

Esta mañana, antes de confirmar los once para enfrentar a Argentina, Godín habló con Tabárez. Este lo escuchó. Tienen un plan. Martino y Messi lo conocen, pero nunca lo pudieron superar.