Sin dudas diciembre llegó con sus lógicas ganas de verano, con los primeros días de temperaturas elevadas y hasta un amague de lloviznas.

El primer fin de semana del último mes de 2016 trae muchas nubes pero manteniendo el termostato elevado, con una sensación térmica de unos pesados 21 grados, y una temperatura máxima de 33.

Pero no hay que desesperar porque los más hermitaños siempre tendrán un aire acondicionado o ventilador para guarecerse, y los movedizos, que las nubes no les nublen el día: a armar el tereré con la lona y salir al parque o caminar por ahí con botellita de agua en mano.