Fue el niño más conocido de la década de los 90 por su inolvidable papel en la saga Mi pobre angelito, aquella película en la que su familia viajaba en Navidad y le olvidaba en su casa de Nueva York con tan mala suerte que unos ladrones decidían entrar a robar aprovechando la ausencia de los dueños.

Después del éxito de la primera vinieron dos más. Y después, la nada. Es que el actor Macaulay Culkin creció y tuvo una adolescencia complicada en la que sus problemas con las drogas y el alcohol lo alejaron de la actuación, aunque tuvo algunos pequeños roles en pelis de autor.

Ahora, casi 20 años después, regresa con todo. Es que el estreno de su próxima película está previsto para este mismo mes de abril. Bajo la dirección de Adam Green. La peli se llama Aladdin. Aquel niño rubio vuelve convertido en hombre a la gran pantalla en un largometraje independiente en el que compartirá cartel con las actrices Natasha Lyonne y Zoë Kravitz.

Además, y por las imágenes difundidas en los últimos días, está rodando una serie de televisión en Nueva York, donde se lo vio con pelo largo, anteojos y varios kilos demás. Se trata de escenas para la segunda temporada de The Jim Gaffigan Show, un programa cómico donde Culkin se interpreta a sí mismo como una especie de parodia de su talento y la fama que supo cosechar durante su infancia.